«En el Día Mundial de la Libertad de Prensa de 2018, hago un llamamiento a los gobiernos para que impulsen la libertad de prensa y protejan a los periodistas. Promover una prensa libre es defender nuestro derecho a la verdad». Así se pronunció hoy el Secretario General de la ONU, António Guterrez.
Ante las declaraciones del Secretario General de la ONU, António Guterrez, cabe la reflexión en esta Argentina manipulada mediáticamente por los grupos de poder hegemónicos que utilizan el sistema político para establecer sus negociados e imponer su cultura individualista y salvaje.
En el derecho a la información que tiene la ciudadanía en esta civilización occidental, y como todo derecho lo es en la medida que se ejerce, la batalla cultural está establecida en la lucha contra las «noticias falsas» establecidas por la llamada posverdad que no es otra cosa que la dominación de la mentira. Y cuando la mentira es la que domina el espacio público y la opinión publicada, la ganancia es siempre de los poderosos.
¿Entonces la libertad en estos tiempos quién la tiene? Si el derecho es a la verdad y a la información, ciertamente sería la ciudadanía y quienes hacen el oficio de informarles. Pero dirá alguien que desde que se creó la imprenta, la libertad fue del dueño de la imprenta. Y así sigue siendo hoy aunque sean más de 500 años los que nos separan de Gutenberg.
En la era digital y del Big Data, superconectados y en redes sociales, nos queda como sociedad construirnos críticamente y no dejarnos llevar por los cantos de sirena mediáticos , verdaderos espejitos de colores que buscan esquilmar y colonizar las vidas para su provecho.
Es imperativo constituir sociedades libres que reclamen por su derecho a estar informadas para poder decidir y transformar el mundo en donde quepan muchos mundos.