Hacia la mediocridad

Escribe Diego Cirilli

Fuente:  https://theplanetearthblog.wordpress.com

Llegando al final de las 10 estrategias de Manipulación Mediática de Sylvain Timsit, en la entrega anterior te contamos el ataque certero al sentido crítico. En la actualidad de la Argentina, y en palabras de Durán Barba, se nos considera como “simios con sueños racionales que se movilizan emocionalmente”. Sin reflexión, la manipulación queda servida en bandeja. Pero queda aún más todavía:

  1. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad.

Hacer que el público sea incapaz de comprender las tecnologías y los métodos utilizados para su control y su esclavitud. “La calidad de la educación dada a las clases sociales inferiores debe ser la más pobre y mediocre posible, de forma que la distancia de la ignorancia que planea entre las clases inferiores y las clases sociales superiores sea y permanezca imposibles de alcanzar para las clases inferiores (ver ‘Armas silenciosas para guerras tranquilas)”.

  1. Estimular al público a ser complaciente con la mediocridad.

Promover al público a creer que es moda el hecho de ser estúpido, vulgar e inculto…

  1. Reforzar la autoculpabilidad.

Hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción. Y, sin acción, ¡no hay revolución!

 ¿Queda claro hacia donde se dirigen los grande medios de prensa para llevar adelante sus planes económicos y de las corporaciones? Como ejercicio, poder revisar la cobertura que se hizo de la comunicación del plan de gobierno por parte del Sr.Presidente del día lunes. Preste atención al énfasis en la meritocracia y en la carga del «sacrificio personal», con el slogan «todo depende de usted». Y para profundizar, vuelva a leer en el anterior artículo #ElCuentodelaRana y relaciónelo con el «gradualismo». ¿Le suena todo esto? Para pensarlo. Gracias por leer hasta aquí. Hasta la próxima.