En los últimos días ha sido la noticia política ineludible de la agenda el “retiro espiritual”, que de espiritual nada tuvo, que el presidente Mauricio Macri encabezó junto a sus funcionarios con rango de ministro en la residencia de veraneo de los jefes de estado de nuestro país, sita en la localidad costera de Chapadmalal. Señalado como hecho político, la actividad tiene más imagen de «team building» (Herramienta utilizada en el ámbito empresarial para la consolidación de equipos de trabajo) de cualquier empresa con un departamento de Relaciones Públicas más o menos activo.
No se puede negar que cualquier actividad presidencial tiene relevancia y acapara la atención de la opinión pública y los medios de comunicación. Pero a veces se exagera en ponderar actos con una preocupante ausencia de contenidos, de definiciones políticas.
Por ejemplo: Hace unas semanas, un centenario diario de tirada nacional, informaba que la gobernadora María Eugenia Vidal había almorzado en un local de comidas rápidas de la capital bonaerense. Rápidamente la noticia se expandió por muchos medios digitales, radiales, televisivos y las tan de moda redes sociales. En Facebook los usuarios ponderaron hasta el hartazgo la acción de Vidal. Parece ser más importante para una gran porción de la sociedad el lugar donde almuerza la máxima autoridad bonaerense que la situación de la salud pública bonaerense, por ejemplo, o la educación (Que siempre que registra algún problema la responsabilidad es de los docentes), o que decir de la seguridad. Pero no: Lo que importa es que Vidal comió en Mc Donalds rodeada de “gente común”. Conmovedor ¿No?
La semana que pasó, el influyente jefe de gabinete de ministros, Marcos Peña, y el ministro de transporte Guillermo Dietrich, asistieron a la inauguración de un tramo del metrobús que une a la Av. General Paz, que divide a la Ciudad de Buenos Aires con la provincia, con el barrio porteño de Palermo. Al finalizar el acto ambos funcionarios nacionales regresaron a la Casa Rosada en subte. Otra vez la noticia replicada en un montón de medios de comunicación, en las benditas redes sociales, y con una cobertura dentro de la agenda mediática que no se correspondía en absoluto con lao importancia de esa noticia. Nuevamente los conductores de algunos medios destacaban la actitud de Peña y Dietrich y ni que hablar de Facebook y Twitter, en donde los usuarios celebraron, exageradamente diría yo la actitud de los colaboradores del presidente Macri. Mientras tanto, como dice Jorge Asís, “el camión no arranca”. Los índices de actividad económica son cada vez más preocupantes, la plata que no alcanza, la industria que atraviesa su etapa más dura de los últimos años… Pero: ¡Qué lindo es que viajen en subte los funcionarios nacionales!, ¿No?
Volviendo a Chapadmalal, al parecer el team bulding gubernamental, tuvo reuniones de trabajo, en donde se reflexionó y trabajó sobre algunos temas, principalmente, señalan los que saben, en la ausencia del “arranque” de la economía. Lo que sí abundaron fueron fotos. Fotos, tweets, posteos de Facebook, o sea: La especialidad del gobierno. La falta de definiciones en la conferencia de prensa que brindó el presidente Macri a modo de clausura del evento es, cuanto menos, preocupante. Un puñado de frases de corte positivista como “cuánto hemos aprendido en este año” o “lo mejor es que recuperamos el diálogo” o “le pido a los ministros más compromiso y convicción”, como si el encuentro en el balneario costero se hubiese tratado de un estudiantina de alumnos de la secundaria.
La ausencia de, aunque sea, declaraciones del presidente o funcionarios del gobierno respecto de los temas que aquejan al ciudadano es una constante. Si eso es lo que se puede ver en público, es difícil imaginar al gobierno nacional en pleno en el día a día preocupado por la inflación, el desempleo, la educación pública, la difícil situación económica de la industria, o todos los problemas propios o heredados. Porque la “pesada herencia” existe, es claro eso, pero ya es un tema agotado.
La especialidad del gobierno en cuestiones de comunicación ha sido este año la constante comparación que el gobierno “K”, y la crítica al “desastre de la pesada herencia”, poco ha dicho sobre sí mismo. Tal vez sea el momento de empezar a decir que se hace día a día desde Balcarce 50 para mejorar la calidad de vida de todos los argentinos.