Escribe Diego Cirilli
Fuente: https://theplanetearthblog.wordpress.com
Promediando las estrategias, ya vimos la de distracción, la de crear problemas para proponer soluciones, la de la gradualidad y la de diferir. La fábula de la rana hervida nos ayudó a contar las dos estrategias anteriores. Y hoy tenemos un ataque certero al sentido crítico. ¿De qué manera? Aquí, el autor:
- Dirigirse al público como criaturas de poca edad.
La mayoría de la publicidad dirigida al gran público utiliza discurso, argumentos, personajes y entonación particularmente infantiles, muchas veces próximos a la debilidad, como si el espectador fuese una criatura de poca edad o un deficiente mental. Cuanto más se intente buscar engañar al espectador, más se tiende a adoptar un tono infantil. ¿Por qué? “Si uno se dirige a una persona como si ella tuviese la edad de 12 años o menos, entonces, en razón de la sugestionabilidad, ella tenderá, con cierta probabilidad, a una respuesta o reacción también desprovista de un sentido crítico como la de una persona de 12 años o menos de edad (ver “Armas silenciosas para guerras tranquilas”)”.
- Utilizar el aspecto emocional mucho más que la reflexión.
Hacer uso del aspecto emocional es una técnica clásica para causar un corto circuito en el análisis racional, y finalmente al sentido crítico de los individuos. Por otra parte, la utilización del registro emocional permite abrir la puerta de acceso al inconsciente para implantar o injertar ideas, deseos, miedos y temores, compulsiones, o inducir comportamientos…
Sin sentido crítico, la construcción de la sociedad queda en mano de quien detenta el poder. El resto, son súbditos y vasallos de los poseedores del conocimiento.
En la entrega siguiente, continuamos con las estrategias de dirigirse al público como si fueran niños y utilizar el componente emocional más que la reflexión. ¡Imperdible capítulo!
Hasta la próxima.