Decenas de ciudades, incluyendo Luján, protestaron contra el avance petrolero en las costas de Buenos Aires. Es la respuesta a la decisión del gobierno nacional, que dio luz verde a la empresa noruega Equinor para explorar el Mar Argentino.
Sin grieta: el proceso licitatorio lo había iniciado Mauricio Macri y lo continuó Alberto Fernández. La autorización fue firmada por el ministro de Ambiente, Juan Cabandié. La resolución firmada por Cabandié, en plena crisis climática y con once provincias ardiendo por los incendios, pretende instalar otra forma de extractivismo en una región donde hoy no existe actividad hidrocarburífera.
Militantes ecologistas explicaron en un comunicado que “los bloques de la Cuenca Argentina Norte están ubicados en una zona considerada un corredor biológico en el mar Argentino, por su riqueza y biodiversidad”. Y agregaron que, tal como está planteado, la exploración sísmica se hará a través de bombas sonoras que impactan en el subsuelo marino para determinar dónde hacer los pozos y esos estruendos afectarán todo el ecosistema marino.
En la misma dirección, la agrupación ecologista Greenpeace se pronunció en un comunicado: “No hay manera de llevar a cabo la exploración y explotación petrolera offshore sin que genere impactos irreversibles para los ecosistemas marinos, su biodiversidad, las costas, las playas y los principales medios de vida de las comunidades costeras. Y si hay petroleras, sabemos que habrá derrames”.
«El ministro Cabandie, comprometido con la orientación política de Fernandez, fue hasta el final. Y cuando el movimiento socioambiental aún celebraba el freno a la megaminería en Chubut, desde el propio ministerio de Ambiente se aprobó la explotación petrolera off shore en el Mar Argentino. Por Boletín Oficial, el gobierno dijo ‘Chubut fue un traspié, pero nuestro camino es por acá'», apuntaron desde la Izquierda Socialista de Luján.
Y dijeron «Cabandié, hay que reconocerlo, fue hasta el final. Hace algunos meses en una entrevista advirtió que para pagar deuda había que contaminar, pero no nos había advertido que él mismo iba a ser el garante de la contaminación. Ahora, mientras se sacaba una selfie sobrevolando alguna provincia incendiada, le puso su firma al aval a la exploración sísmica que fue masivamente rechazada en la Audiencia Pública pertinente».