El presidente de la Comisión Episcopal de Ayuda a las Regiones Más Necesitadas, monseñor José Luis Corral SVD, llamó a revertir las situaciones de dolor, carencias y limitaciones de muchos argentinos aportando “de corazón y con alegría” a la Colecta Nacional Más por Menos, prevista para los días 10 y 11 de septiembre con el lema “Aliviando el dolor de hoy, alimentamos la esperanza”.
“Duelen los desencuentros y la falta de acuerdos y consensos básicos en un proyecto que contenga a todos los sectores y que no se quede solo con soluciones parciales, coyunturales, y a corto plazo sino con una mirada más integral y a largo plazo con decisiones y opciones que se direccionen hacia un horizonte de mayor equidad y bienestar”, expresó.
Monseñor Corral afirmó que el país tiene “la urgencia de recomponer y reacomodar la economía, la política, los mecanismos de conducción y distribución para asegurar procesos que traigan mayor igualdad, equilibrio y bienestar y paz social”.
En un ambiente marcado por un clima de “profundas grietas y agudas confrontaciones”, el prelado de una de las diócesis más pobres del país consideró que para potenciar la solidaridad y la esperanza urge “focalizarse y centrarse en valores esenciales, en proyectos superadores, poner la mirada en aquello que nos debe ocupar sin distracciones y sin excusas, para no quedar enredados o enmarañados en lo conflictivo que quita fuerzas y divide”.
“La esperanza ayuda a no quedarnos apegados al pesimismo o al desencanto, a lo que nos decepciona o desilusiona. No nos resignamos que ya no queda nada para hacer como si no hubiera salidas o alternativas con sabor a escepticismo. La esperanza es creativa, tiene como la caridad fantasía e imaginación para abrir caminos, para construir puentes, acercar corazones y voluntades para gestar algo siempre nuevo e inédito”, puntualizó.
“La solidaridad nos conecta con la realidad, nos hace mirarla de frente, reconocerla y reaccionar, nos saca de la indiferencia y de la falta de empatía. Quien es solidario se involucra, se compromete, se hace cargo que desde su lugar y su aporte puede contribuir a pequeños cambios para la vida de los demás y de su entorno. Deja que el dolor de los hermanos se le incorpore y resuene en sus entrañas para movilizar y despertar gestos de atención y servicio”, completó.