La celebración eucarística fue presidida por el Arzobispo Metropolitano de Mercedes Luján, Jorge Eduardo Scheinig, y concelebrada por el obispo de Gregorio de Laferrere, Mons. Jorge Torres Carbonell, los vicarios generales de la arquidiócesis, el nuevo Rector y equipo sacerdotal de la Basílica y sacerdotes de distintas comunidades de la arquidiócesis.
El Pbro. Lucas Figueroa, Vicario General, leyó el decreto con la designación del nuevo Rector y el Equipo Sacerdotal para la atención pastoral del Santuario y Basílica de Nuestra Señora de Luján. Rector: Pbro. Lucas García. Rector Administrativo: Diácono Permanente Diego Martín Ocampo.
Equipo sacerdotal: Pbro. Eugenio Sánchez; Pbro. Pablo Martínez (de la Arquidiócesis de Buenos Aires); Pbro. Sebastián Ríos; Pbro. Marcelo Monteagudo (que atiende la parroquia San José); Pbro. Hugo Lusardi (que atiende la Parroquia Santa Elena); Pbro. Pablo Castelnovo; Mario Agustín Roldán (a ordenarse diácono el próximo 19 de marzo).
Durante la homilía, el Arzobispo de Mercedes- Luján +Jorge Eduardo Scheinig reflexionó sobre el evangelio de Juan, que nos muestra a María y al discípulo amado al pie de la Cruz. Compartimos algunos fragmentos.
“La clave de todo ser humano es la capacidad de relacionarnos, los vínculos. Los seres humanos somos humanos en la medida en que nuestros vínculos, la capacidad de relacionarnos, sea sana, sea fuerte. Esto Jesús lo sabe. Todo en Jesús consistió en decirnos que hay Alguien que sostiene los vínculos, a quien llamó Padre. Jesús es el revelador del Padre. En el Padre, nosotros podemos sentirnos amados, perdonados. El Padre es el que nos hace hermanos. Por eso el Papa Francisco nos ha invitado a revisar la fraternidad universal y la amistad social. El mundo se sana en fraternidad. Es clave la experiencia religiosa para sanar los vínculos.”
Recién leíamos en el Evangelio un fragmento de lo que nos escribió el evangelista Juan en un momento clave de la vida de Jesús, estaba entregando su vida. Ahí Jesús nos revela, nos descubre algo fundamental para la vida, para las relaciones. Porque Jesús le dice al discípulo amado, que de alguna manera somos todos nosotros, le dice a Ella: “Mujer, ahí tienes a tu Hijo” y le dice a él “Ahí tienes a tu madre”. En la Cruz, Jesús nos revela, que para nuestra vida, es fundamental el Padre y la Madre. El rostro femenino de Dios es María.”
“Es un misterio grande que hace casi 400 años, esta pequeña imagen de la Pura y Limpia Concepción, haya querido quedarse aquí, haciendo esto que Jesús decía desde la Cruz: “Mujer, ahí tienes a tu Hijo”. Esta Mujer ha querido quedarse en esta tierra. “
“Pero también se dio el misterio de “Hijo, ahí tienes a tu Madre”. Y esta tierra adopta a esta Mujer como Madre. Y el pueblo de Dios, en estos 400 años, nos va enseñando lo que significa el Padre y la Madre en la vida de todos los días. Y también se cumple esto que Jesús decía desde la Cruz, “Hijo, ahí tienes a tu Madre”, y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa, en la Casa común, en la casa del Pueblo.
Quisiera decirles que este lugar sagrado, este lugar de Dios y de la Virgen, es fundamental para la vida. Estamos en un lugar sagrado. Deberíamos entrar descalzos. A veces no somos tan conscientes de lo que significa esta Casa, este lugar, para la vida del pueblo, para nuestra vida.”
Dirigiéndose luego al nuevo Rector y al Equipo sacerdotal, el Arzobispo los animó a tres desafíos:
“Hagan lo de la Virgen, proclamen las maravillas de Dios, pongan de manifiesto lo que aquí pasa, las maravillas que Dios hace acá. Lo necesita la Iglesia en este tiempo. Lo necesita nuestro pueblo. Este cántico de la Virgen, “Proclama mi alma la grandeza del Señor, porque ha mirado mi pequeñez, porque hace maravillas”, hay que volverlo a hacer siempre y ponerlo de manifiesto. Ustedes son responsables de mostrar las maravillas de Dios, que Él y la Virgen obran en medio de su pueblo. Estoy seguro que aquí está el resto de Israel, la fe genuina de nuestro pueblo está acá. Y nosotros tenemos que manifestar, tenemos que proclamarlo a los cuatro vientos. Es necesario darlo y conocer replicarlo, porque aquí Dios y la Virgen hacen maravillas para el bien de la vida, para el bien de nuestro pueblo, para el bien de la Iglesia. No lo podemos ocultar, tenemos que darlo a conocer, especialmente en un mundo que corre el riesgo de romperse, que corre el riesgo de enfermedades graves. Necesitamos manifestar lo que aquí pasa.”
“Soy de la Virgen”, nos dice el Negro. Le pertenecemos. Esto no nos pertenece, este lugar no nos pertenece. Somos simples administradores, facilitadores, de lo que aquí pasa, de la gracia. No somos dueños, no nos pertenece. Le pertenece a la Virgen y todos le pertenecemos a la Virgen. Les pido que desplieguen toda la capacidad creativa pastoral para facilitar la gracia que Dios quiere derramar por medio de la Virgen. Este es un lugar que hace mucho bien con el Bautismo, hace un año que no bautizamos. La pandemia ha generado en nosotros una situación dura, difícil. Que nuestro pueblo vuelva a experimentar esa agua de vida, necesaria para la vida. Abramos las puertas para que nuestro pueblo vuelva a recibir esa agua viva. Les pido que sigan con esos gestos de la misericordia. El Santuario ha crecido muchísimo, expresen la misericordia de muchas maneras, con la reconciliación, con los más pobres, los enfermos. “
“Es una alegría que estemos trabajando con San José y la Cáritas de San José, y todo el proyecto que podemos hacer en aquel lugar de los peregrinos. Desplieguen la creatividad pastoral. Sueño con un equipo fraterno, en donde juntos podamos trabajar mucho por la ciudad de Luján. Necesitamos con las parroquias de la ciudad, trabajar pastoralmente con la ciudad de Luján.”
“Necesitamos soñar alto, que sea una realidad la Casa de la Mujer. Que esta Mujer, María, pueda abrazar a tantas mujeres que hoy están lastimadas, heridas. Esto hoy es un grito que no podemos no escuchar, es un grito sentido, fuerte. Tenemos que ser capaces de dar una mano, una respuesta.”
“Sueño con una casa Padre Montalvo para los hermanos sacerdotes que necesiten el cuidado de la Virgen. ¡Cuánto podemos hacer desde este lugar! Este lugar es un pozo de agua viva”
“Este equipo sacerdotal será un equipo que empiece a sembrar el camino rumbo a los 400 años. En el 2030 celebramos 400 años del Milagro. Ustedes tendrán que comenzar el camino. El 8 de mayo, sacaré una Carta Pastoral invitando a todo el pueblo de Dios a que nos diga cómo celebrar los 400 años. El Papa Francisco nos ha dicho que a veces, los pastores, vayamos atrás del rebaño, escuchando el olfato de nuestro pueblo, ese sentido de fe. Tenemos que dejar hablar a nuestro pueblo, para que nos diga cómo celebrar los 400 años.”
En las entrañas de nuestro pueblo está la maternidad de Nuestra Señora de Luján”.
El padre obispo Jorge Eduardo y luego el P. Lucas, agradecieron especialmente los 12 años de Rector del Santuario de Luján, del Pbro. Daniel Blanchoud, actualmente párroco de Carmen de Areco.
El P. Lucas agradeció la bienvenida y recordó que todos somos parte en esta historia, herederos de una experiencia de fe del pueblo argentino que viene a cobijarse junto a la Virgen de Luján, que recibe y escucha al pueblo argentino y nos regala al mismo Jesús. Y animó a preparar el corazón en vistas a la celebración de los 400 años de presencia de la Virgen en 2030, siendo servidores, como aquella que se hizo servidora.