Todos tenemos un abandono,
Una despedida que hubiésemos querido que nunca se fuera,
Un corazón que saludo a aquello que quería que permanezca.
Un abandono,
Una ausencia que nunca entendimos,
Un perpetuo silencio haciendo más ruido que el centro de cualquier ciudad,
Tenemos esa marca,
Ese capítulo del libro que salteamos pero que nunca del índice borramos.
En algún estrecho del pecho guardamos ese día,
Esa situación,
Nuestros ojos guardan un rincón que no queremos volver a pisar pero que nunca desaparecerá,
Llevamos con nosotros eso que no se puede explicar,
Es como un aura que nos persigue,
Un pedacito que se vive revelando en nuestros gestos,
En nuestros sueños,
Suceso que en algún punto de este texto se esconde,
Que en un centímetro de mi sonrisa grita,
Se fue alguien,
Se fue algo,
Se extinguió,
Con el tiempo corrió y nosotros a otra velocidad,
No pudimos,
No lo imaginamos,
No lo pensamos,
No lo sé,
Todos guardamos un abandono en los huesos,
Un minuto del día en que nos preguntan ¿en qué Pensas?,
“En nada”
Porque nada me dejo,
Todo se llevó,
Se marchó,
Pienso en el vacío que sentí,
Pienso en un campo,
En un incendio,
Pienso en fuego y en besos,
Pienso en labios y versos,
Pienso en agujas y relojes,
En la religión y la necesidad de creer,
De llenar esa nada,
De llenarme,
De reconstruirme.
Pienso en nada,
Siento todo,
Al fin y al cabo…
Guardamos en nuestro cosmos…
Un abandono.
Todos los miércoles TRIBUNA DEL PUEBLO publica un texto de este joven escritor lujanense.