Los funcionarios de Kicillof proponen un presupuesto que no convence al Gobierno. Quejas de Moyano. Las diferencias de precios entre el gobierno de Axel Kicillof y el de Alberto Fernández mantienen paralizadas las históricamente postergadas obras de la ruta 6 que conecta los puertos de La Plata, Zárate y Campana.
La ruta es un escenario habitual de accidentes trágicos. En agosto del año pasado, allí murió el intendente de Henderson, Jorge Cortés, cuando regresaba de la reunión de intendentes en Avellaneda, en la que participó Kicillof, por entonces candidato a gobernador.
La provincia presentó un plan de obras de 24 mil millones para rehacer la ruta construida 50 años para aliviar el tránsito de camiones en los accesos a la Ciudad y atraviesa otros nueve municipios. El plan lo presentaron el ministro de Infraestructura bonaerense, Agustín Simone, del riñón de Kicillof, junto al administrador de Vialidad de la Provincia, Raúl Costantino y el subsecretario de Obras Públicas de la provincia, Ernesto Selzer, quien fuera presidente de la Unidad Ejecutora de la obra soterramiento del Sarmiento hasta 2016.
Pero en Vialidad nacional, a cargo de Gustavo Arrieta, que depende del ministerio de Obras Públicas de Gabriel Katopodis, pensaban en un presupuesto de menos de un tercio como había propuesto semanas atrás la empresa provincial Autopistas de Buenos Aires (Aubasa), que presupuestó 6500 millones de pesos. En Aubasa no hay un kicillofista puro: está el ex intendente de General Las Heras, Javier Osuna, que responde a Sergio Massa. En el Gobierno nacional explicaron que Vialidad sólo participa de manera técnica en la obra, por pedido de la provincia, en términos de asesoramiento y no de ejecución presupuestaria.
Las demoras en las obras ya comenzaron a traer quejas sindicales: Facundo Moyano, titular del gremio de los trabajadores de peajes, está reclamando por la falta de empleos para su sindicato que genera la paralización de la obra.