El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea, llevó al papa Francisco los saludos, preocupaciones y esperanzas de la comunidad de la región pastoral Buenos Aires, y advirtió sobre la falta de unidad de los argentinos, los problemas sociales y las consecuencias que provocó la instalación del debate por el aborto.
El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea, llevó al papa Francisco los saludos, preocupaciones y esperanzas de la comunidad de la región pastoral Buenos Aires, y advirtió sobre la falta de unidad de los argentinos y las consecuencias que provocó la instalación del debate por el aborto.
Lo hizo en una carta que le entregó al pontífice durante la audiencia que mantuvo hoy, viernes 10 de mayo, junto con los otros 28 obispos de la segunda tanda que realiza la visita ad límina apostolorum.
Además de un diagnóstico de la realidad social de la región, la misiva conlleva una autocrítica sobre el debe y el haber de la Iglesia en materia pastoral, además le presenta “nuestros conflictos, dificultades y también nuestros sueños y proyectos”.
El prelado sanisidrense consideró, además, que hay que estar atentos a las dinámicas de disgregación y estimó necesario reflexionar más las estrofas del Martín Fierro: “Los hermanos sean unidos porque esta es la ley primera, tengan unión verdadera en cualquier tiempo que fuera porque si entre ellos pelean los devoran los de afuera”, citó.
“No vamos a describirte la situación social de la Región Buenos Aires que tú conoces muy bien. Aquellos hermanos que tienen trabajo se levantan diariamente para ganar el pan con el sudor de sus frentes y también con el sudor del corazón porque el salario no alcanza. Existe mucho temor de perder el trabajo; son muchos también los desempleados”, alertó.
Sin embargo son los primeros en darnos una lección de esperanza y hasta de buen humor y en el fondo de su corazón no se ha apagado la llama de la fe, que el Espíritu sabe mantener viva y que se expresa con tanta nitidez en nuestros santuarios, especialmente en Luján. El alma de nuestro pueblo sigue siendo cristiana, aun en medio de una aguda batalla cultural”, destacó.
En relación con la instalación del debate por el aborto, monseñor Ojea aseguró que le hizo “mucho mal” a los argentinos y reconoció: “Si bien intentamos llevar adelante el debate con claridad pero sin agresiones nos hemos visto sorprendidos porque un gran número de jóvenes -incluso de nuestros colegios- están militando por el aborto, manifestando en algunos casos un gran enojo con la Iglesia”.
El obispo se refirió también al escándalo de los abusos sexuales y de poder perpetrados por clérigos, y consideró que “frente a esta situación no tenemos que victimizarnos y que tenemos que buscar la voluntad de Dios que se esconde detrás de este momento de mucha confusión”.
“No se nos escapa que nos has propuesto como modelos de obispos en nuestro continente a San Oscar Romero y al Beato Enrique Angelelli, esto significa mirarnos en ese espejo de santidad, pedir su intercesión y estar dispuestos a dar la vida por Jesús como Él entregó la suya por nosotros”, afirmó en otro párrafo de la carta.
Por último, monseñor Ojea dijo que este encuentro de los obispos de la región Buenos Aires con Francisco los confirma en su misión de apóstoles, además de asegurar al pontífice orar por él diariamente como lo pide y proponer en nombre de sus pares dejarse “mirar por nuestra Madre la Virgen”.