El miércoles 30 la asamblea de Barrios en Lucha entregó un documento en el Palacio Municipal sin ser recibido por ningún funcionario jerárquico. El viernes, el Intendente Oscar Luciani recibió solo a una delegación de esa asamblea y con la condición de que no participaran los medios. Sin saber que en este milenio, cada cual es un medio de comunicación. Y todo, se sabe.
Febrero se inició en Lucha. El viernes, en la Plaza Colón, una carpa digna se erguía desde el miércoles a la espera de que el Intendente tuviese el tiempo necesario para afrontar la responsabilidad que le cabe en el abandono de los barrios y de sus necesidades.
Las asambleas le presentaron puntualmente cada reclamo. Desde hace mucho tiempo, los funcionarios tienen en su poder qué falta hacer en cada barrio. Pero parece una estrategia ya a esta altura, que tiene que «pudrirse todo» para que se empiecen a mover. Buscan, esto es una hipótesis reflejada en la realidad del centro de la ciudad, la estigmatización para quienes reclaman por sus derechos. Buscan que «se jodan entre vecinos y vecinas» para que los funcionarios queden impunes y victimizados. Parece ser que se mueven «extorsionados» y no planificados por un presupuesto municipal o una gestión que esté buscando el bien de la ciudadanía toda.
Esto último se verifica, a mi entender, en la declaración del bloque de Concejales de Cambiemos ante el escrache a un funcionario que se la pasa, y delante de este cronista, prometiendo el oro y el moro y nunca se terminan cumpliendo. Y no repara este bloque político de la desesperación que significa que no pueda entrar cotidianamente un remís, una ambulancia, el colectivo, la moto, el auto, hasta tu casa. Que estés esperando que no llueva para hacer lo que tenés que hacer. O resignarte a vivir según el clima. Y esto llegó a un hartazgo tal que se dijo BASTA.
Ante este encendido reclamo, jóvenes militantes del sector oficialista, en sus redes sociales y sin que se sonrojen, son capaces desde sus diatribas estigmatizar y condenar (¿jueces de quiénes son?) la lucha social, el reclamo ciudadano. ¿Desde qué pulcritud democrática se atreven a elevar la voz?¿Desde qué experiencia de diálogo, según dicen, pueden afirmar la intención violenta que ven en los demás?¿Se cumplirá en ellos la ley psicológica?
En una reunión donde lo importante era la escucha y la contención de quien fue puesto por segunda vez para representar a toda la ciudadanía, la asamblea barrial fue recibida por una comitiva policial provocadora y amenazante. ¿A quién le tiene miedo?¿Al pueblo? Miren que tiene paciencia este pueblo lujanense, ¡eh! Y luego, en la reunión, la lista de niveles de cobranza de tasas municipales por barrio como pidiendo explicaciones o dando motivos del abandono. Y acaso, ¿no es al revés? Acaso ¿no podemos tomarlo como indicador? El concepto de tasa es impositiva a contraprestación. Si ese servicio no se realiza ¿es lícito dejar de pagar por algo no realizado?
La propuesta realizada por el Ejecutivo fue preparar reuniones con los distintos sectores municipales para que cada barrio le presente sus necesidades. ¿Pero para qué están los funcionarios?¿Para qué trabajan en equipos? La ciudadanía es la soberana, y no solamente en el voto. ¿Acaso el soberano le hace la lista de trabajos a sus súbditos?
Estamos asistiendo al Reino del Revés. Y como dice la canción:
Me dijeron que en el Reino del Revés
nada el pájaro y vuela el pez,
que los gatos no hacen miau y dicen yes
porque estudian mucho inglés.Me dijeron que en el Reino del Revés
nadie baila con los pies,
que un ladrón es vigilante y otro es juez
y que dos y dos son tres.