Por Edgardo Miller. – El 19 de septiembre pasado a las 4 de la tarde Willy Quiroga me atendió una vez más para realizar una nueva entrevista, yo no sabía que iba a ser la última.
Vi a Vox Dei por primera vez a finales de los ’60 en la Institución Sarmiento de Santos Lugares, los pagos de Ernesto Sábato, con la formación original, Ricardo Soule, Juan Carlos “Yodi” Godoy, Rubén Basoalto y Willy.
Vox Dei es una “banda” de culto, no solo son pioneros del rock argentino, sino que es la más longeva.
Los entreviste en “Audiencia Música Contemporánea”, en la vieja LS6 Radio del Pueblo, que tenía los estudios en el altillo de la casa Devoto en Uruguay 1237, entre Arenales y Juncal. Es fue un ciclo donde desfilaron casi todos los pioneros de la música rock.
Coincidí con Willy en “La Bombonera”, cosas de la vida, estaciono su Renault 19 al lado de mi coche, nos reconocimos y nos abrazamos para caminar juntos hasta el glorioso estadio de Boca Juniors. Viajando por la provincia de Córdoba nos encontramos en Marcos Juárez, en el mismo restaurante. Lo ví actuar con Manal Javi, estuve en el homenaje que se le realizó en la Biblioteca del Congreso, ahí mismo me lo crucé muchas veces en distintos actos. también hicimos un capítulo de “Hora Cero…a puro Rock” para recordar los primeros 50 años de “La Biblia”. Me considero un afortunado el haber compartido tantos momentos con él. Eso sí, pensé que Willy era eterno, me equivoque, eterna es su música.
EM: ¿Qué significa esta semejante trayectoria de la banda más añeja del rock argentino? Arrancaron en el ´67, ¿no?.
WQ: Sí, yo ya tenía diez años de experiencia en la música. Compré mi primer guitarra a un hombre que tomaba mucho; se la canjee por una botella de vino. Y te la hago corta a la historia: empezamos con unos amigos haciendo un grupo de folklore; después vino un loco que me enseñó a tocar el bajo, cinco años después –en el ’62, cuando aparecen los Beatles me compré la guitarra eléctrica y empecé a hacer rock o al menos lo que para la época que era más pop.
EM: Venías de Córdoba.
WQ: Si, soy cordobés, nacido en Río Cuarto. En realidad soy “riocuartense”, amo mi provincia pero soy de donde nací.
EM: Pasa lo mismo con los rosarinos que no son santafesinos, pasa igual. Willy, si tienes que hacer un repaso a tu extensa trayectoria, si no me equivoco son 57 años de música, ¿lograste todo lo que querías; la música fue lo más importante de tu vida? Hablemos de esas sensaciones que caben después de tanto tiempo.
WQ: Yo a los 27 años ya había pasado muchas etapas donde uno va creciendo y no tiene la menor idea de qué será de tu vida. La primera aproximación que tuve con la música fue gracias a un primo mío que tenía una discoteca muy amplia, donde había desde música centroamericana, jazz, y música clásica. Aprovechaba a irme ahí y me pasaba horas escuchando. Este primo era peluquero y mientras trabajaba escuchaba música. La música me entró muy adentro en la cabeza. Cuando tenía 12 años, aparece Elvis Presley y Bill Haley y ahí me gustó todo lo que tenía que ver con el rock.
EM: ¿La música te dio todo lo vos esperabas, fue generosa con vos?
WQ: La música me dio todo lo que yo esperaba y mucho más todavía. Le agradezco a la música la vida que me dio y la forma de ser. La música me enseñó y me moldeó mucho mi carácter, por ejemplo.
EM: Siempre fuiste un tipo muy sencillo. Estuve en tu homenaje que hizo hace dos años Daniel Ripoll, en la Biblioteca del Congreso, porque en realidad dentro y fuera de la música rock sos muy reconocido en la Argentina.
WQ: Para que tratar de aparentar más de lo que uno es, si ya con ser es suficiente para que la gente entienda quien sos.
EM: ¿Qué fue lo primero que grabaron con Vox Dei?
WQ: Fue el álbum “Caliente” que tenía: Canción para una mujer, “Presente”, “Total qué”, “Azúcar amargo”; fue realmente un éxito total porque cuando el disco apenas salió al conocimiento de la gente, a partir de ahí comenzamos a tener gente que nos seguía, allí nacieron los fanáticos.
EM: Inclusive hay varios simples con los temas que nombras.
WQ: Si, en aquella época se hacía una especie de test o prueba a ver cómo iba a andar, se hacían simples. Después vino el álbum.
EM: Hay un simple muy bueno con el tema “Total qué” que es del sello Mandioca, si no me equivoco.
WQ: Si, toda la primer época nuestra fue de Mandioca.
EM: Jorge Álvarez con Pujó.
WQ: Exactamente. Y tenían muchos músicos; tenían a Moris, Almendra, Manal, en fin éramos un montón de gente.
EM: Además ellos tenían la producción de recitales, que no eran los recitales actuales pero se movían mucho, especialmente Jorge Álvarez.
WQ: Situémonos en la época que era, el mundo cambia día a día, no podemos medir lo que sucede hoy en día con los recitales a lo que sucedía en el año ’70. Pero, si…iban 400 o 500 personas y era un éxito total.
EM: Además se originó en Argentina un movimiento musical de mucha juventud que tenía una forma de ser, de vivir y de pensar, que fue mucho más allá de la música. Había una idiosincrasia, fue un conjunto de situaciones.
WQ: Y, muchas situaciones porque imagínate que era algo nuevo que aparecía con pelo largo, una forma diferente de vestir y fuimos muy perseguidos por esto. En mi caso, cada dos o tres días me llevaban detenido para averiguación de antecedentes.
La compañía CBS –ya habían pasado varios años de perseguirnos- nos hizo una especie de carnet donde se pedía a las autoridades pertinentes que tuvieran la gentileza de aceptar nuestra vestimenta y el pelo largo y bla, bla, bla…
EM: Era la época en que estaba Ecio Cuomo de presidente de la compañía, y el Tano Vicente Belfiore en la difusión.
WQ: También recuerdo que Disc Jockey para darnos libertad nos pidió dinero adelantado para firmar un contrato que incluía un álbum en vivo, teníamos que hacerlo antes de irnos y que fue “La Biblia”, que se grabó en vivo con todos los conciertos que dimos en el país.
EM: El sello Disc Jockey –si no me equivoco- era de Rodríguez Luque.
WQ: Estaba Rodríguez Luque, Divela y Portela. Nunca nos pagaron lo que La Biblia generó. Vendimos millones y nos pagaron un 5% o 10%, fue mucho.
EM: ¿Cómo se cocinó La Biblia; cómo sale esta obra más conceptual e importante del rock argentino?
WQ: Salió la idea, lo charlamos, nos pareció genial y nos pusimos a trabajar. Nos tomó cerca de un año y media componerla y estuvimos grabando dos o tres meses; terminó siendo del sello Disc Jockey que entró en mora respecto del productor (Jorge Álvarez y editores) que no pudo pagar ni el estudio ni las grabaciones. Entonces el sello se quedó con todo.
EM: En la ficha técnica dice que fue grabado en 1971, si mal no recuerdo porque conservo los apuntes de la época, La Biblia se lanzó el 15 de marzo del ’71. ¿Es así?
WQ: Para mí fue en abril de ese año, puede ser marzo, abril, mayo…
EM: ¿Tuvo algún reconocimiento de la iglesia católica?
WQ: Sí, nosotros sabíamos que La Biblia no tenía nada que ver algo de mal gusto o improperios, fue una obra muy sensible, estábamos seguros de que no había nada malo en ella. Cuando recibimos un mensaje de la curia donde nos pedían que lleváramos las letras, y fuimos tal cual éramos en esa época: bien rockeros nos miraban raros pero, bueno. Nos recibió un jefe de la Iglesia , claro con un poco de condescendencia, cuando empezó a leer vimos que su cara había cambiado y nos dijo: “la verdad es que yo que soy hombre de la iglesia me hubiera costado más palabras describir lo que es el génesis, ustedes lo hacen con tanta simpleza y entendible.
EM: Es una gran obra sin lugar a dudas y además, en una época difícil donde había censura y se consultaban los contenidos. Por esa época había salido Jesucristo Súper Stard y había dejado huellas polémicas.
WQ: Sí, fue una época complicada. Pero, Jesucristo Súper Star hablaba pura y exclusivamente de la vida de Jesucristo, La Biblia es mucho más amplia y abarca distintas épocas.
EM: La Biblia es una obra de arte y, lamento esto que me contás. Recuerdo que a Los Shakers les pasó lo mismo. Hicieron una gira de tres meses por Brasil y le liquidaron mil dólares, el resto se lo quedaron todo.
WQ: Claro, en aquella época no existía el control que hoy hace el estado. Hoy se controla, por suerte. Nosotros seríamos millonarios, yo no tendría que trabajar a la fuerza sino realmente porque me gusta seguir tocando.
EM: ¿Hay algún aproximado de cuánto vendió La Biblia?
WQ: No. Sé que se vendieron millones; y te das cuenta por la trascendencia que tuvo el albún.
EM: Es conocido en el mundo, no sólo en Argentina.
WQ: Me contaron que Paul Mac McCartney llevó el disco cuando vino a Argentina. Pero…anda a saber…, la gente dice tantas cosas.
EM: Es posible. Mac McCartney es un tipo que tiene en su grupo a Brian Ray que tocó muchos años con Lucrecia (Nube 9), y ella me contó muchas cosas sobre Paul. Le gusta mucho la Argentina y es muy probable que haya llevado La Biblia.
WQ: Sí, además es un tipo muy inteligente, muy culto y un músico excepcional. Yo canto y toco el bajo porque él me convenció que había que cantar y tocar el bajo. Amo a McCartney, es casi un amigo porque cuando sos fanático te sentís muy cerca.
EM: Yo te cuento que soy un re fanático. Tuve la suerte de estar en la conferencia de prensa en el ’93, cuando estaba en el Noticiero de Canal 9, ahí lo tuve cerca y conservo un disco sobre esa gira, que nos regaló. Después, en Chile, fui al hotel…donde estaba alojado y lo llamé cuando iba saliendo y pude hacer cuatro cuadros de fotos porque me saludó, lo cual para mí fue un triunfo que no tiene precio.
WQ: Sí, yo no sé si me aguantaría el corazón.
EM: Es que nosotros cuando éramos pibes veíamos a los Beatles en la luna de lejos que estaban de nuestras posibilidades.
WQ: Era diferente. Ellos empezaron cuando no había nada en el mundo.
EM: Yo te hablo de lo difícil que era para nosotros poder ver a los Beatles en vivo. Yo me moría por ver a los Beatles pero, qué posibilidad teníamos.Te estoy hablando del año ’62, cuando yo tenía 22 años.
WQ: En esa época organizábamos “asaltos”, que era entrar a una casa y armar una fiesta y baile y, ahí estaban todos los discos, era la música obligada.
EM: ¿Viajaste a Liverpool?
WQ: No. Ojalá hubiera podido ir. Pero, tengo amigos que han ido y me han contado y yo me quiero morir de la bronca. Hubiera podido viajar si me pagaban bien La Biblia. A pesar de ser una obra muy completa y conocida.
Obviamente tuvimos buenas épocas, lo que se cobraba bien eran los recitales en vivo. La compañía de discos te pasaba por arriba como le pasó a Los Shakers y también a otras bandas. Recuerdo que a Pepito Pérez (Cantante melódico de mucho éxito) también le pasó lo mismo, que en su estilo musical, era uno de los que más ventas tenían junto con Charles Aznavour. Los que te nombré éramos los que sosteníamos al sello Disc Jockey, en esa época esos tipos se hicieron millonarios a costa de los músicos.
EM: Pepito Pérez era de la época de Rosamel Araya (Cantante melódico chileno muy popular en los ’60)
WQ: Totalmente, éramos todos amigos y teníamos muy buena onda.
EM: Era impresionante como se vendían.
No hace muchos años fui apoderado legal de Horacio Guarany y además, muy amigo de él con quién me di muchos placeres en cuanto a la música. Lo acompañé a la compañía GLD y le habían liquidado 400 discos.
WQ: ¡Y claro!
Nosotros no sabíamos nada de contratos, no teníamos ni abogados ni contadores, nos daban un contrato que leíamos y pensábamos que lo entendíamos. De la letra chica no teníamos idea.
EM: Te caminaban, era verdad.
WQ: Eso fue lo que nos pasó y nos marcó profundamente. Pasamos a ser tipos sufridos y luchar para adelante sin pensar en el atrás. A mí no me gusta tomar carrera ni para correr ni para saltar.
EM: Recuerdo que una vez nos encontramos en Marcos Juárez estabas en gira por la provincia de Córdoba. Sos un laburante de esos que no para nunca. Los músicos argentinos no llegaron muy lejos porque las compañías de discos no pagaban lo que correspondía. Es totalmente cierto.
WQ: Hay mucha gente que se enoja, pero el estado tiene que ejercer su rol de controlador para que las cosas se hagan bien.
Por eso insisto con los músicos jóvenes, que traten de tener un manager que sea tal cual un hermano, un amigo y que tengas la total seguridad de que nadie te va a pasar por encima. Y que busquen abogados y contadores para que ellos lean tu contrato.
EM: ¿Qué significó para vos en la música el flaco Spinetta?
WQ: Y el flaco fue un tipo profundamente especial. Y lo era desde la época de Almendra, después se abre y comienza a hacer una música muy cerrada porque no se puede decir que lo entiendas completamente, pero, te das cuenta de que hay cierta calidad musical que sacude, que sorprende. Obviamente fue o mejor que le pasó a la música argentina.
Y, a mí, me gusta decir: música argentina por qué hablando de rock argentino le decimos rock nacional. Todos los países tienen rock nacional, nosotros tenemos “Rock argentino”, que es realmente muy diferente a todos los demás; el rock argentino es muy importante en el mundo.
EM: ¿Tuviste relación cercana con Spinetta?
WQ: ¡Claro!, en la época de Almendra y Pescado, teníamos muy buena onda.
EM: La Biblia es el disco que los marcó a todos ustedes, desde tu punto de vista cuál es el otro disco que le sigue en importancia a La Biblia.
WQ: Eso sería como preguntarme cuál de los seis hijos quiero más, para mí cada álbum es importante. Registra la época en que yo vivía como persona; hay temas en La Biblia –como por ejemplo “Jeremías Pies de Plomo”, que salió como caratula del disco, después “Es una nube, no hay duda” que es un tema mío y que vos te das cuenta cuando lo tocas cómo reacciona la gente.
“Es una nube no hay duda” podría decir que es un “cuentito”, la escribí en la época de los milicos que te controlaban todo y no te dejaban sacar nada.
No te imaginas la que se armó cuando el Negro Black Amaya (Pescado Rabioso) cuando sacó “Me gusta ese tajo”. Entonces me dije: ¿cómo hago para decir lo que quiero decir, que era que al final cada uno tiene derecho a pensar lo que quiera; empecé con: aquí tengo atrapada una nube y si me da la gana me lo creo. Quiero decir, esta locura, que para vos es una locura una nube atrapada en una jaula de alambre, sin embargo yo me lo creo. Tengo derecho a pensar como quiera; y la gente lo entendió así
EM: “Es una nube no hay duda” es un disco de CBS.
WQ: El primer disco de CBS. Fue un disco que vendió mucho y la compañía nos pagaba bien, a diferencia de lo ocurrido.
Después nos fuimos de CBS que era la época en que también estaba Sandro, un tipo muy jocoso y era totalmente rockero. Yo todavía no había comenzado a tocar, estaba aún con mi guitarra criolla. Sandro movía la pelvis como Elvis, él era recontra famoso cuando yo no era nada.
EM: En los ’90 produjo el disco de “Pelvis”, la banda de Ronny Bar, que aún hoy siguen activos
WQ: Sí, Pelvis era una banda que realmente suena bien.
EM: Yo diría que todos los discos que hicieron ustedes fueron exitosos, no solamente La Biblia.
WQ: El reconocimiento que tiene Vox Dei en la sociedad y en el lugar que nos toca ocupar en la música, no es una casualidad. Todos los discos fueron exitosos, todos. Nosotros habíamos acumulado una cierta cantidad de gente de diferentes generaciones que nos iban acompañando desde que salió Caliente, que fue en el ‘69 casi ’70 imaginate cuando llegamos a séptimo disco. Cuando vino Joe Cocker a Argentina, nuestro manager estaba trabajando en la producción de ese recital y un día se fue a comer con el manager de Cocker, y le preguntó: además de esto a qué te dedicas. Tengo una banda que manejo, le respondió. ¿Cómo se llama? –Vox Dei. ¿Andan bien? –Ya tienen siete discos, a lo que el manager de Cocker le respondió: ¡son millonarios!
WQ: Claro, eso sucede en Inglaterra o en otros lugares, aunque sabemos que en nuestro país no pasa.
EM: Que gran recuerdo. Lo trajo Javier Capalbo que era dueño de disquerías y Alfredo Génova que era el representante.
WQ: Sí, sí, me acuerdo de Génova.
EM: En su época tenía a Polifemo, una buena época de música. Yo tengo grabado el disco de ese recital. Me acuerdo que metí en un bolso hippie que tenía, uno de esos grabadores grandes de teclas y de casualidad me lo encuentro a Tito Lectoure, le digo: qué bueno que abrió el Luna Park, y me contesta: “Mira, al primer quilombo llamo a la policía y meto a todos en cana porque a mí el rock no me gusta para nada, en la misma grabación del recital tengo las palabras de Lectoure hablando mierda del rock.
WQ: Evidentemente a él no le gustaba el rock, pero él era más que nada un comerciante haciendo negocios. Después de lo que pasó con Pappo y el “rompan todo”, todo el mundo tenía miedo del rock.
EM: Contame que estás haciendo de tu vida hoy.
WQ: Hago la vida de un ser normal, voy a ensayar dos o tres veces por semana, hacemos recitales, después me dedico a las tareas de la casa: impuestos, bancos, etc.
En mi habitación tengo los instrumentos: teclado, computadoras y escribo. Aprendí de Facundo Cabral a llevar la “libretita”. Y fíjate que Cabral tenía letras muy importantes.
EM: ¿Cómo es la integración actual de la banda?
WQ: Esta mi hijo Simón, que es un musicazo, además de hacer todos los arreglos de la banda; es multi-instrumentista, toca guitarra, bajo, batería y teclado y en la banda es nuestro baterista. Arias, es nuestro tecladista, suena y toca muy bien. El segundo guitarrista es el hijo de un amigo mío y es una maravilla el pibe; la verdad es que tengo una banda de músicos importantes y todos dicen que suena bien. Yo me voy a quedar con este concepto y voy a tratar de mejorarlo.
EM: Hasta último momento Willy Quiroga respiro música, vivió para ella. Se fue su cuerpo, pero su legado quedo intacto para las futuras generaciones.
Presente
Todo concluye al fin, nada puede escapar
Todo tiene un final, todo termina
Tengo que comprender, no es eterna la vida
El llanto en la risa, allí termina
Creía que el amor no tenía medida
Oh, dejas de querer, tal vez, otra mujer
Y olvidé aquello que una vez pensaba
Que nunca acabaría, nunca acabaría
Pero, sin embargo, terminó
Todo me demuestra que al final de cuentas
Termino cada día, empiezo cada día
Creyendo en mañana, fracaso hoy
No puedo yo entender si es así la verdad
¿De qué vale ganar si después perderé?
Inútil es pelear, no puedo detenerlo
Lo que hoy empecé no será eterno
Creía que el amor no tenía medida
Oh, dejas de querer, tal vez, otra mujer
Y olvidé aquello que una vez pensaba
Que nunca acabaría, nunca acabaría
Pero, sin embargo, terminó
Todo me demuestra que al final de cuentas
Termino cada día, empiezo cada día
Creyendo en mañana, fracaso hoy
Cuánta verdad (¡Cuánta verdad!) hay en vivir (Uh-uh-uh)
Solamente (Solamente) el momento en que estás
Sí, el presente (Eh-eh-eh)
El presente y nada más
Todo me demuestra que al final de cuentas
Termino cada día, empiezo cada día
Creyendo en mañana, fracaso hoy
Todo me demuestra que al final de cuentas
Termino cada día, empiezo cada día
Creyendo en mañana, fracaso hoy
Todo me demuestra que al final de cuentas
Termino cada día, empiezo cada día
Creyendo en mañana, fracaso hoy
Autor: Ricardo Soule.