Dormir hasta 30 minutos regularmente durante el día mejora muchos aspectos del cerebro, entre otros efectos positivos. De creatividad a salud cardiovascular, qué identificaron los expertos
Una de las prácticas que es cada vez más recomendada por los médicos es dormir la siesta, a medida que se realizan nuevos estudios que corroboran sus múltiples beneficios. Es que el ser humano es de los pocos animales que, en su mayoría, duerme solo una vez al día. El resto lo hace varias veces en las 24 horas que tiene una jornada. Es decir, son durmientes polifásicos, por lo que alternan fases de sueño y vigilia.
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Según distintos estudios, el hombre primitivo también dormía varias veces al día, pero abandonó esa costumbre para adaptarse a ritmos cotidianos de vida cada vez más rápidos y llenos de ocupaciones.
En los últimos años, la ciencia suma más evidencia acerca de que tener durante el día momentos de descanso y principalmente de sueño, como lo puede ser una corta siesta, resulta lo más saludable para tener una vida longeva.
1-Mejora la memoria y atención
Según Molly Atwood, psicóloga clínica e investigadora de medicina conductual del sueño en el hospital Johns Hopkins de EE. UU., cuando no se duerme bien por la noche, “la siesta ayuda a mejorar aspectos como el tiempo de reacción y la memoria”, si es necesario trabajar o estudiar. “Por ejemplo, si sueles trabajar durante el día, una siesta de 20 a 30 minutos puede devolverte el estado de alerta sin dejarte aturdido ni alterar tu sueño por la noche”, señaló la experta.
Además, afirmó que las siestas también son importantes para ayudar a mantenerse alerta y despiertos a quienes no siempre tienen horarios de trabajo diurnos, como los pilotos de avión, los choferes comerciales, los médicos u otros trabajadores que realizan tareas por turnos. “Del mismo modo, ayudan a los adultos mayores si los cambios relacionados con la edad, como la necesidad de ir al baño por la noche, interrumpen su sueño”, explicó Atwood, que aconsejó que la siesta sea breve y no tome más de 30 minutos. “Lo mejor es echarse una siesta por la tarde, cuando tenemos un descenso natural del estado de alerta y solemos sentirnos soñolientos. Así es más fácil conciliar el sueño con rapidez”, precisó.
En otros estudios, se ha demostrado que la siesta (incluso de menos de 30 minutos) contribuye a mejorar cualquier tarea que suponga recordar listas de palabras o de objetos, ya que el sueño facilita el almacenamiento de la memoria a corto plazo.
2- Acorta los tiempos de reacción
El doctor William Dement, conocido como “el padre de la medicina del sueño”, tenía un lema: “La somnolencia es una alerta roja”. Ese eslogan lo llevó al ámbito de la salud pública con el objetivo de convertir la privación del sueño en una prioridad, reconociendo el mayor riesgo de accidentes de tráfico relacionados con la somnolencia, la reducción de la productividad en el lugar de trabajo, el aumento de los errores y, de hecho, la irritabilidad.
Dement falleció a los 91 en 2020, pero dejó importantes estudios sobre el sueño. En uno de ellos, explicó cómo los científicos de la NASA se convirtieron en entusiastas de la siesta cuando midieron sus efectos en los aviadores que tenían que debían cruzar largas distancias a través del Pacífico. Probó que los pilotos que dormían 26 minutos durante el vuelo, tenían mejor tiempo de reacción que quienes no lo hacían, y lo que es peor, sufrían microsueños al momento de la crítica maniobra de aterrizar. El estudio de la NASA a 747 pilotos demostró que aquellos que dormían una siesta diaria de 26 minutos cometían un 34% menos de errores en el trabajo y duplicaban sus niveles de alerta.
3- Estimula la creatividad
Un equipo de neurólogos de la Universidad de Georgetown halló que tomar una siesta aumenta la creatividad o, al menos, estimula la actividad de la zona del cerebro (el hemisferio derecho) que se asocia con esta capacidad.
La investigación fue presentada en la reunión anual de la Sociedad de Neurociencia y probó que las actividades que procesa el hemisferio derecho, que se sabe que participa en tareas creativas, podrían ser soñar despierto o procesar y almacenar información previamente adquirida. “Esto es especulación, pero el cerebro podría estar haciendo una limpieza útil, clasificando datos, consolidando recuerdos”, afirmó el doctor Andrei Medvedev, profesor adjunto en el Centro de Imágenes Funcionales y Moleculares de Georgetown y autor del estudio.
4- Tiene beneficios cardiovasculares
Para que la siesta sea buena y pueda proteger el corazón, la misma debe durar entre 30 y 40 minutos. Ese es el tiempo necesario para que en el cuerpo disminuya la presión arterial después de una mañana estresante, según el Allegheny College de Pensilvania, en EEUU.
Varios estudios prueban los beneficios de la siesta en el cerebro (Imagen Ilustrativa Infobae)
Varios estudios prueban los beneficios de la siesta en el cerebro (Imagen Ilustrativa Infobae)
En una investigación, expertos de esa casa de estudios lo comprobaron en 2011 con la ayuda de 85 universitarios, de los que la mitad durmieron después de comer y la otra mitad no. La conclusión determinó que el sueño disminuía la tensión y el ritmo cardiaco tras un episodio de tensión psicológica. El efecto cardioprotector fue alto y se determinó en un 40 % menos de probabilidades de sufrir un infarto para los “siesteros”.
5-Mejor función cognitiva
Un estudio publicado en 2023 en la revista Journal of Sleep Health, señaló que las personas que duermen siestas tienen un mayor volumen cerebral total y mejor función cognitiva. Además, cuando son regulares están vinculadas a niveles más altos de felicidad. Según algunos estudios de la Universidad de Hertfordshire, aquellas personas que toman siestas cortas reportan mayor felicidad, en comparación con las que toman siestas más largas.
“Nuestros hallazgos sugieren una asociación causal modesta entre la siesta habitual durante el día y un mayor volumen cerebral total. Los estudios futuros podrían centrarse en las asociaciones entre la siesta y otros resultados cognitivos o cerebrales y en la replicación de estos hallazgos utilizando otros conjuntos de datos y métodos”, concluyó el estudio realizado en Reino Unido.
En los menores, la siesta los ayuda a aprender mejor y estar concentrados (FLICKR/NNELUMBA)
En los menores, la siesta los ayuda a aprender mejor y estar concentrados (FLICKR/NNELUMBA)
6-Trae mayor productividad
El neurofisiólogo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, en España, doctor Antonio Pedrera recuerda que uno de los efectos demostrados de tomar la siesta es la mejora de la productividad. “A las personas que trabajan en el turno nocturno, un descanso de solo quince minutos a mitad del mismo les permite seguir después a pleno rendimiento. Es un reseteo rápido como el que hace un ordenador cuando lo apagamos y lo volvemos a encender”, remarcó el experto.
7-Facilita la resolución de problemas
Robert Stickgold, profesor de Psiquiatría de la Harvard Medical School, ha descubierto que cuando las personas alcanzan la fase REM del sueño (fase de gran actividad cerebral en la que soñamos), les lleva menos tiempo realizar diferentes conexiones entre ideas.
“Tenemos la esperanza de que las futuras investigaciones se centren de manera fructífera en la cuantificación de la experiencia del sujeto durante los períodos de sueño y descanso tranquilo, relacionando las medidas neuronales y conductuales de la consolidación de la memoria con la forma particular en que la nueva información se incorpora al sueño, intercalada con redes de memoria remota y semántica establecidas”, sostuvo el experto en un estudio científico sobre los efectos del sueño en el cerebro.
Tener una siesta placentera trae beneficios para la salud mental y el estado de ánimo. (Foto: Getty)
Tener una siesta placentera trae beneficios para la salud mental y el estado de ánimo. (Foto: Getty)
8-Mejora el estado de ánimo
Investigaciones publicadas en Progress in Brain Research sugieren que aquellas personas que duermen siestas de manera rutinaria muestran mejoras significativas en la función cognitiva y la felicidad. “Aquellos que duermen siestas regularmente experimentan los mayores beneficios”, afirman los estudios publicados en la prestigiosa revista de los Institutos Nacional de Salud de EEUU (NIH).
Otra investigación de la Universidad de Colorado, también en EEUU, apunta que los pequeños que se saltan la siesta tienen más riesgo de padecer trastornos anímicos más adelante. Los científicos comprobaron que a los niños de tres años que se les privaba de ella tenían un descenso de un 34 % en las respuestas emocionales positivas.
9- Despejar la cabeza
El doctor Leon Lack, profesor de psicología de la Universidad Flinders, en Australia, afirma que una microsiesta de 10 minutos después de la comida alcanza para despejar la mente y hacerla más productiva. “Una pausa rápida es más efectiva que una de media hora”, afirmó en un estudio realizado en un grupo de veinticuatro voluntarios a los que sometió a tareas de agilidad mental tras el descanso.
Cada vez son mayores los estudios que recomiendan dormir la siesta (Imagen Ilustrativa Infobae)
Cada vez son mayores los estudios que recomiendan dormir la siesta (Imagen Ilustrativa Infobae)
10- Un cerebro más grande y capaz
Dormir frecuentemente una siesta puede ser la clave para tener un cerebro sano y más grande durante más tiempo. Eso fue lo que concluyó una investigación del University College de Londres (UCL) que demostró que, aquellas personas tienen este hábito, tenían un cerebro 15 centímetros cúbicos más grande, lo que equivale a retrasar su envejecimiento entre tres y seis años.
La clave es que las siestas duren menos de media hora. “Estamos sugiriendo que todo el mundo podría potencialmente experimentar algún beneficio de la siesta”, explicó la doctora Victoria Garfield, autora de estudio publicado en 2023, quien describió los resultados como “bastante novedosos y emocionantes”.
El estudio, publicado en la revista Sleep Health, analizó datos de personas de entre 40 y 69 años y encontró un vínculo causal entre la siesta habitual y un mayor volumen cerebral total, un marcador de buena salud cerebral vinculado a un menor riesgo de demencia y otras enfermedades.
“Nuestros hallazgos sugieren que, para algunas personas, las siestas cortas durante el día pueden ser parte del rompecabezas que podría ayudar a preservar la salud del cerebro a medida que envejecemos”, concluyó la experta.