Fue 1 a 0 ante Almagro en el Estadio Carlos V. El técnico Walter Díaz comenzó su ciclo en el canario el pasado martes. Se ilusiona la hinchada con las «cuatro finales» que restan en el campeonato. Quien rompió el maleficio fue Federico Murillo.
El clima acompañó: «En una tarde de sol, hoy te vinimo´ a alentar» resonaba en las tribunas del estadio Carlos V. Las dos cosas eran verdad: La tarde… Soñada… el «aliento» del público, presente. Hubo muchísima gente en las tribunas Pedro de Mendoza y Capitán Luján del estadio que recuerda a quién fuera emperador del Imperio Astrohúngaro, Rey de España y coterráneo de Don Julio. Parecía (y lo fue) una final.
Porque Flandria necesitaba ganar. Y así fue. La determinación de los dirigentes, el cambio de aire del equipo y el amor por el club y empuje del director técnico fueron cruciales. También el apoyo de los hinchas.
El partido comenzó trabado. El primer tiempo demostró esa tecitura. El ida y vuelta se dio con fricción pero con poco peligro para ambas vallas.
La acción comenzó en la segunda parte del encuentro. A las 13 minutos, con un tremendo derechazo de media distancia de Federico Murillo puso el 1 a 0 que fue el resultado final. Desde ese momento el partido fue en crecida para el canario que si bien dominó el resto del match, no pudo agrandar la diferencia en el marcador.
Es sin dudas el triunfo de este sábado un golpe anímico para el plantel, el flamante cuerpo técnico, la comisión directiva, los socios y los hinchas. Porque los días previos a la designación de Walter Díaz, una gloria del club, no fueron buenos.
Y no fueron buenos porque muchos integrantes del club debieron sufrir con incomodidad el descontento de la parcialidad con el rumbo futbolístico que había decidido primero Felipe De La Riva y luego Tomás Arrotea. Por ese este triunfo es un soplo de aire fresco. Y por eso con este cambio de paradigma tal vez no en la técnica pero si en la actitud el pueblo se ilusiona con, al menos, mantenerse holgadamente en el Nacional B y en la temporada que viene mejorar la performance y convertirse el canario en un «club de la categoría» como es el deseo de todos.
Quedan «cuatro finales» : Agropecuario, Brown (Puerto Madryn), Defensores Unidos y San Martin (San Juan). Hay esperanza, porque está permitido. Hay esperanza porque ahora hay actitud.