Escribe el Dr. Braian Vega. Director de Gestión Ambiental de la Municipalidad de Luján.
El partido de Luján es reconocido, entre otras cosas, por poseer una capacidad de desarrollo productivo a partir del impulso de sus industrias, por la promoción turística y gastronómica tanto en su casco urbano como en la zona rural, asimismo cuenta con una notable fuente de conocimiento en razón de su amplia oferta educativa, no obstante lo cual, también es reconocido -lamentablemente-, por tener un problema estructural crónico de complejo abordaje: el basural más grande de la provincia de Buenos Aires.
Desde hace casi 50 (cincuenta) años, sobre la Ruta 192, en las inmediaciones del denominado “Bloque de los Santos”, se encuentra una superficie de 12 (doce) hectáreas, cubierta en un 95% (noventa y cinco por ciento) de residuos sin el más mínimo tratamiento, ocasionando de tal forma un grave perjuicio al medioambiente y la salud.
A lo largo de los últimos años se han propuesto proyectos que, al momento de su evaluación, colisionaron con la viabilidad técnica y económica a partir de no contar con la suficiente disposición de tierra para una solución sostenible en el tiempo, ni sustentable ambientalmente atento a las condiciones que el lugar presenta.
En esta oportunidad, a partir de las gestiones realizadas y que posibilitaron disponer de mayor cantidad de hectáreas, se está ante una posibilidad histórica, que se acerca como nunca antes a la solución satisfactoria requerida por la comunidad. Asimismo es dable destacar que el proyecto trazado, en propias palabras de la autoridad de aplicación provincial resulta “superador” a lo existente.
Se promueve el emplazamiento de una planta de tratamiento moderna y con las condiciones laborales apropiadas para las personas que allí desempeñen el trabajo a realizar, disponiendo de una manera eficiente el tratamiento de los residuos que genere el Partido de Luján. Un relleno sanitario perdurable en el tiempo y cumpliendo los condicionamientos normativos existentes y un ecoparque por medio del cual se mitigue progresivamente la situación de mayor impacto en el actual predio del basural.
Por su parte la solución, contempla una perspectiva con inclusión social, integrando así, a las decenas de recuperadores y recuperadoras que hoy se encuentran trabajando a diario en el vertedero municipal. Dignificando las condiciones en las cuales desempeñan su labor a partir de instalaciones apropiadas y mejorando las condiciones sanitarias.
En otro orden, entendiendo el reclamo histórico de vecinos y vecinas, se mejoran las condiciones que afectan a la salud de las personas que frecuentemente sufren las consecuencias propias de vivir en cercanías de un basural.
A problemas estructurales, la respuesta debe ser estructural y debe entenderse que la solución es integral, inclusiva, sustentable, sostenible y colectiva, para el beneficio de todos y todas.