El segundo grupo de obispos argentinos inició el domingo 5 de mayo la visita ad limina apostolorum con una misa en la Iglesia Argentina en Roma, presidida por monseñor Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús, y concelebrada por el resto de los prelados que viajaron a la Ciudad Eterna. La celebración eucarística fue presidida por la imagen de la Virgen de Luján, patrona de la Argentina.
“El gozo de la visita ad limina se da en el marco de la fe. Vivimos en nuestra tierra bajo Pedro y venimos para ser bendecidos por Él. Jesús resucitó, Dios es el Señor que nos viene a humanizar. Nos enseña a ser más fraternos entre nosotros. Ciertamente la Iglesia debe dar testimonio de esto. No podemos decir nunca: ‘Dios no te necesitamos’”, recordó en la homilía Rubén Oscar Frassia.
“Cristo debe marcar nuestro accionar y nuestra pastoral. La Iglesia no puede ser reducida a la sacristía. No hay que tener miedo a las palabras, necesitamos afirmarnos en la fortaleza. El mundo necesita de nuestro testimonio. Juntos pidamos a la Virgen que seamos capaces de que vuelvan a despertar los valores y que trabajemos por el bien común de nuestra Nación”, propuso.
El prelado bonaerense sostuvo que “el amor de Dios es concreto, no es abstracto. Como le preguntó a Pedro en el Evangelio, nos pregunta a nosotros, pastores, sacerdotes, consagrados y laicos: ¿Dices que me amas?”
Monseñor Frassia expresó su deseo de que “la fuerza del Resucitado nos ayude y que la Virgen de Luján vele por nosotros y por nuestra Patria”.
La misa contó con la presencia del rector del Colegio Argentino en Roma, presbítero Ángel Hernández, quien dio la bienvenida a los obispos al igual que el embajador ante la Santa Sede, doctor Rogelio Pfirter, y un grupo de fieles argentinos.