Fue este domingo durante prácticamente toda la jornada. Cientos de familias completas pasaron un día espléndido que comenzó nublado y luego se hizo soleado en la localidad, compartiendo un encuentro que incluyó diversión, alegría y compañerismo.
La carrera de autitos a piolín en Villa Flandria se realizó desde la década del 40 hasta la del 60 organizada por la Acción Católica y la Juventud Obrera Católica de la localidad. Después de un impasse se hizo cargo del evento el Grupo Scout San Luis Gonzaga y desde 1978 la competencia se realiza de manera ininterrumpida.
Este domingo se realizó la edición número 41 organizada por los Scouts y como todos los años el evento fue un verdadero éxito. Sobre la avenida Flandes quedó plasmada una vez más la idiosincrasia de Villa Flandria: El deporte, la participación popular, la vida sana al aire libre, el compañerismo. En fin: Se vio el acervo cultural que legara a todos en el pueblo Don Julio Steverlynck.
La competencia en sí comenzó semanas o meses antes: Familias, padres e hijos, padrinos y ahijados, tíos y sobrinos, compartieron la fabricación de los autitos que se presentaron el sábado y quedaron en parque cerrado: Los mismos debieron ser de fabricación casera y artesanal con medidas establecidas por reglamento.
Las categorías fueron desde promocionales de hasta 5 años y competitivas de hasta los 14 variando en ambas el recorrido a realizar. Si bien hubo ganadores que disfrutaron de subirse al podio en cada categoría, todos los competidores se llevaron premios por su participación.
Las cientos de personas que asistieron a la jornada villaflandrina pudieron disfrutar de un variado servicio de cantina que a precios módicos ofreció productos comestibles a todos los presentes.
Una vez más Villa Flandria vibró con un encuentro para las familias, no sólo villaflandrinas sino también de la región entera, demostrando que el acervo cultural y la idiosincrasia del pueblo continúan vivas pese a todo.