En distintos barrios se siguen realizando asambleas para establecer los modos de representación de los reclamos ante las autoridades municipales. Lunes y martes serán recibidos quienes puedan llevar las distintas urgencias por las que pasan cada día ante la indiferencia estatal, solo puestas a la vista ante los cortes de rutas.
El gobierno del diálogo, del consenso y de la posverdad recién se sienta a conversar las necesidades barriales y de las localidades luego que las y los vecinos decidieron cortar rutas. Pareciera entonces que, las «formas civilizadas» esgrimidas por cierto sector acomodado de la sociedad no estarían resultando efectivas por la misma alianza política que apoyan. Y aquí la contradicción y la doble vara imperante.
¿Se puede hablar de política local sin tener en cuenta el contexto provincial, nacional e internacional? En opinión del autor, es imposible. Responden siempre a la misma lógica hegemónica. Por eso, las Asambleas Populares son la respuesta contrahegemónica que resulta pertinente en estos tiempo convulsionados.
Se presenta la mentira como verdad, se persigue a quien se revela y reclama, se oculta y se tapa estafando la inteligencia de quien esté informado, se promete y no se cumple, se desvían fondos y no se accede a la información pública. Hoy se inauguró una estación de subte en la Ciudad de Buenos Aires con el nombre de «Julieta Lanteri» diciendo que es la primera estación con nombre de mujer y además, la primera mujer que votó. Tapan y mienten que hace tres años y con gobierno del mismo signo partidario, se nombró la estación Eva Perón, la mujer que impulsó la Ley de Voto Femenino. ¿Casualidad? NO. Modo de manipular la historia desde la ignorancia.
Por todo esto, las Asambleas Populares, que hacen circular la palabra y construyen un saber común, son necesarias y urgentes para una transformación social organizada, donde muchos mundos quepan en un mundo. Y hacia allá, ¡VAMOS!