En los últimos días se conocieron una serie de decisiones de parte del gobierno de la Provincia que afectan profundamente la educación rural bonaerense. Las medidas van desde la fusión de los cursos superiores en la escuela secundaria, hasta el cierre de 39 escuelas primarias rurales.
Dramática situación se vive en la educación escolar en la Provincia de Buenos Aires. Cierre de cursos, cesanteo de docentes, jubilaciones anticipadas, pésimas condiciones de trabajo, paritarias tardías y a la baja. Y en este contexto, las más perjudicadas son las comunidades rurales.
Para saber sobre esta temática, conversamos con la docente Verónica Rossi que nos cuenta que con el cierre y fusión de escuelas rurales, también está la amenaza de cese a una gran cantidad de docentes en relación a esta penosa situación que permanece oculta en los medios de comunicación masiva. Sin embargo, ha provocado una rápida reacción y un profundo rechazo de la comunidad rural en su conjunto iniciándose acciones de denuncia y visibilización, exigiendo que se vuelva atrás con estas medidas.
Algunas consideraciones.
“En primer lugar vulnera el derecho de los jóvenes y niños rurales de recibir educación de calidad en su medio como cualquier otro. Claramente es un sector altamente vulnerable ya que no pueden asistir a otra oferta educativa. Esto implicaría el traslado a través de grandes distancias. Por otro lado es importante que el salario promedio de un trabajador rural fue y es históricamente el más bajo de la Argentina. Ahora tampoco merece escuelas para sus hijos e hijas. Sumado a la gravedad de seguir expulsando trabajadores de la educación en este caso”.
“Por todo esto, los docentes rurales de la región nos encontramos en estado de movilización y toda la comunidad rural en alerta”, enfáticamente nos cuenta Verónica que así fue expresado en las diferentes reuniones de docentes que se llevaron adelante en los distritos, muchos de los cuales ya llevan más de 20 años en la educación rural. Saben que estas medidas no pueden comprenderse como aisladas sino como, lamentablemente, un modelo de desarrollo rural que no contempla la población de campo.
“Seguiremos luchando por una agricultura con agricultores” remata la docente, convencida que esta lucha es una resistencia de toda la comunidad rural.
“Casos puntuales como en Castilla (partido de Chacabuco) están cerrando la única oferta educativa. Sin estaciones de servicios que provean combustible y sin transporte público es el certificado de defunción de un pueblo de nuestro interior. Los niños tendrán que recorrer 100 km por día para concurrir a la Escuela”.
En definitiva, surge como clamor y como grito: “La EDUCACIÓN es una INVERSIÓN, no un gasto que se pueda recortar”.