Los festejos de fin de año son momentos de alegría y celebración para nosotros, pero para nuestras mascotas son momentos de malestar y sufrimiento a raíz de los ruidos de la pirotecnia. TRIBUNA DEL PUEBLO te cuenta que debemos hacer para cuidar a nuestras mascotas y a que síntomas, causados por la pirotecnia, debemos estar atentos.
La sensibilidad auditiva de los caninos es muy superior a la del ser humano. Ellos pueden escuchar perfectamente ruidos que para nosotros son imperceptibles, por eso presentan gran disconformidad ante los estruendos.
“Con el sonido de la pirotecnia las mascotas entran en un estado de excitación total en el que no controlan sus impulsos, por lo que se escapan y huyen”.
Una vez que están fuera del terreno conocido, siguen una búsqueda sin final en la que pierden su sentido de la orientación y no pueden volver a casa.
¿Qué debemos hacer para cuidarlos?
- Identificar a nuestras mascotas con una chapita en su collar. Podemos reforzar con un teléfono escrito en el collar, ya que en las huidas las chapitas pueden perderse.
- Ubicar a nuestras mascotas en su lugar de la casa preferido con luz tenue, aislado de ruidos externos y con la tele o radio prendida.
- No dejarlo al alcance de elementos que puedan lastimarlo: ventanas, cables o elementos de vidrio que al caerse puedan lastimarlo.
- Lo ideal es que cuenten con la presencia de sus propietarios y permanezcan dentro de casa.
- Con respecto a la celebración en la casa donde habita la mascota, debemos respetar la actitud de nuestro perro si decide aislarse y no estar en contacto.
- Lo ideal es buscar un lugar en la casa donde la llegada de los invitados y los niños no sean una molestia para ellos.
- En caso de utilizar un tranquilizante, debe ser prescripto solamente bajo indicación veterinaria.
- Es importante averiguar antes de los festejos cuáles son los centros veterinarios disponibles durante estas fechas.
Síntomas a los que debemos estar atentos
- Si la mascota deambula por toda la casa sin parar, jadea y presenta los ojos más abiertos y con pupilas dilatadas con una expresión de pánico en la mirada. Si hay salivación, defecación y orina más frecuente.
- Si rasca puertas e intenta abrirlas con la intención de encontrar un lugar en donde sentirse protegido.
- Aumento marcado de la frecuencia cardíaca y respiratoria, coloración azulada de la lengua y encías, falta de coordinación e imposibilidad de mantenerse en pie hasta llegar a un estado de inconsciencia.