El que no quiere moverse siempre encuentra una excusa. Pero aquellos que quieren hacerlo muchas veces creen que comenzar a hacer actividad física es más complicado de lo que parece. Consejos para empezar.
Las actividades diarias no proporcionan al organismo el grado de movilidad necesario para evitar el envejecimiento prematuro y el aumento de peso. Esto es porque las condiciones de vida cambiaron, nos pasamos horas sentados viendo televisión, frente a una computadora o trabajando detrás de un escritorio, de modo que es importante crear un patrón de movimiento para combatir el sedentarismo.
Hacer ejercicios evitará el deterioro acelerado del organismo, el aumento del tejido adiposo, la disminución y pérdida del tono de la masa muscular, el endurecimiento de las arterias, la pérdida de eficiencia en el trabajo cardíaco, el aumento de grasas en la sangre, el insomnio, el nerviosismo, la depresión y la ansiedad, entre otros beneficios que conlleva.
¿El calor atenta contra su rutina de movimiento? ¿O es el frío el que le quita las ganas y hace que deje de moverse durante invierno? Termine con las excusas, tome la decisión, reúna energías y vuelva a calzarse las zapatillas.La actividad física regular permite mejorar el tono muscular y la masa ósea (Shutterstock)
Hacer deporte respetando los protocolos que impone la pandemia nos mantiene más saludables y genera endorfinas que mejoran nuestro estado de ánimo.
Incluir el ejercicio regular como parte de un estilo de vida saludable es un cambio de hábito que puede necesitar motivación (en especial para quienes creen que no disfrutan de la actividad física). Las 9 recomendaciones:
1- Empiece despacio. Como cualquier programa, el de la actividad física es bueno solo si se sigue, y en ocasiones no es fácil cambiar de hábitos. Por eso resulta tan importante comenzar despacio. Si tiene más de 30 años y viene de un período sedentario, las dos primeras semanas programe 15 minutos de actividad. Aumente el tiempo de a poco, sienta satisfacción por los primeros pasos.Incluir el ejercicio regular como parte de un estilo de vida saludable es un cambio de hábito que puede necesitar motivación (Shutterstock)
2- Cuide la cercanía. Busque un parque, una plaza, un club o una pileta cerca de su casa. Es decir un lugar que le quede cómodo.
3- Encuentre un socio. El apoyo de otros -acompañar en la actividad, cuidar a los chicos, reemplazarlo en alguna tarea- facilita mantenerse a largo plazo.
4- Use la bicicleta. Fija o móvil, es un excelente ejercicio aeróbico. Si es fija puede ser su aliada para los días demasiado calurosos o fríos ya que le permite entrenar frente a la ventana, el televisor, con música, al lado del ventilador o en un ambiente calefaccionado. Si utiliza una bicicleta de calle busque lugares seguros como los parques de la ciudad. No es resulta un buen negocio dejar el sedentarismo para convivir con los riesgos y el estrés que genera pedalear en medio del tránsito.Use la bicicleta. Fija o móvil, es un excelente ejercicio aeróbico (Shutterstock)
5- Arme su rutina. Establezca una actividad determinada en días y horarios fijos y chequee que se adapte a sus posibilidades. Quizá no sea cierto que vaya a caminar 1 hora todos los días de lunes a lunes…
6- Deje las pesas para más adelante. Unas cuatro semanas después de iniciar una rutina aeróbica podrá incorporar las pesas. Hágalo sólo 2 veces a la semana.
7- Prepare su equipo. Ropa, bolso, calzado, auriculares, líquido fresco… Así evitará corridas de último momento, llegadas tarde y excusas para desistir.
9- No use la economía como excusa. Caminar, trotar o andar en bicicleta (si ya la tiene) no requiere gasto alguno.
*El doctor Alberto Cormillot es un reconocido médico argentino especialista en obesidad, educador para la salud, escritor y conferencista. Fundó y dirige la Clínica de Nutrición y Salud que lleva su nombre, Dieta Club, la Fundación ALCO (Anónimos Luchadores Contra la Obesidad) y el Instituto Argentino de Nutrición, desde donde asesora a industrias para la elaboración de productos dietéticos y saludables.