Como todos los años, los miles de fieles que participaron de la peregrinación a Luján se congregaron este domingo por la mañana en la Plaza Belgrano. frente a las puertas de la Santa Basílica de Luján, para presenciar la misa oficiada por el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva
Durante la homilía, García Cuerva, criticó a “los mediocres que, frente al lacerante y doloroso 52,9% de pobreza, se pusieron a buscar culpables”. En un llamado a la unidad nacional, pidió “a todos únanse detrás de dos o tres temas importantes para todos los argentinos”, subrayando la importancia de la “humildad de trabajar con otros, de generar consensos y acuerdos, y de tender puentes”.
En sus declaraciones, invitó a “no rendirse a ser hermanos” y a “construir una patria más justa y fraterna”, confiando en la protección de la Virgen de Luján.
“A lo largo de estos cincuenta años, Argentina vivió momentos muy complicados, muy difíciles. Una crisis que, en índices de pobreza y de desempleo, podríamos decir que comenzó justamente hace cincuenta años, y el pueblo, más allá de las dificultades, o en todo caso, por las dificultades, se aferró mucho más a la fe en María. Fueron cincuenta años en los que el pueblo se acercó a la Virgen, llevando sus esperanzas, sus dolores, sus tristezas y sus alegrías. En definitiva, en la peregrinación se ve reflejada la historia argentina de los últimos cincuenta años”.
Respecto a los tiempos de crisis que se viven en el país, el obispo afirmó: “Esperemos que los índices de pobreza vayan bajando porque son rostros concretos de hermanos que están sufriendo mucho”, completó.
Más adelante, y en rueda de prensa, García Cuerva señaló que “a veces en las casas, cuando nos juntamos a comer, decimos ‘no hablemos de fútbol, ni de política, ni de religión’, porque ya suponemos que nos vamos a pelear”, tras advertir que el “enfrentamiento” se encuentra en el “ADN argentino”. “Tenemos que revertir esto entre todos y qué mejor que pedirle a la Madre, que nos hace tomar conciencia de que somos hijos y hermanos”, sentenció, antes de empezar a caminar.