En el tránsito, los niños son los peatones más vulnerables. De los adultos depende cuidarlos y educarlos para que sus vidas no peligren.
Los pequeños menores de 9 años, se encuentran en el sistema del tránsito en inferioridad de condiciones:
1-Tienen una estatura baja, que les dificulta ver, en algunas situaciones, las calles a cruzar, y a la vez, ser vistos por los conductores de vehículos.
2- La amplitud del campo visual está reducido en los menores de 7 años casi un tercio en comparación con el de los adultos.
3- Tienen dificultades para calcular distancias y velocidades de los vehículos que se mueven en la vía pública.
4- Se distraen con facilidad ante cualquier estímulo, por ejemplo la llamada de un amigo, una pelota que se les escapa, un perro que cruza, un libro que se les cae, etc.
5- Los más pequeños no tienen conciencia del peligro. Imitan a los mayores, sin conciencia de los riesgos que éstos asumen.
Por eso se necesita cuidar de ellos y también de los niños mayores.
Todos los niños, de toda edad, deben ser educados, en forma constante, con buenos ejemplos de sus adultos significativos y también desde la escuela, en forma vivencial, comprensiva y consciente y de acuerdo a su nivel madurativo, acerca del sistema del tránsito y de los hábitos seguros, responsables y solidarios para moverse en el espacio compartido de la vía pública.