Sacheri en la UNLu: “La Educación Pública forma parte de nuestro sentido común”

Guardo a la Universidad de Luján en mi corazón”, expresó el escritor y guionista Eduardo Sacheri, quien participó este del ciclo de diálogos “40 años de la Reapertura de la UNLu», en la Sede Central de la Casa de Estudios.

En el “Aula de los primeros pasos”, ubicada en el edificio de la Biblioteca, Sacheri (Licenciado en Historia de la UNLu) fue presentado por Jaime Peire, Doctor en Historia, quien fuese su profesor y con quien mantuvo luego una reunió de amistad.

En el inicio de la charla, titulada “Pasión por la historia y el fútbol. Relatos que hacen a la educación, la cultura y nuestra identidad”, Sacheri invitó a los presentes, que colmaron el amplio salón, a manifestar sus inquietudes.

Una de las primeras preguntas fue del rector de la UNLu, Walter Panessi, quien le agradeció por sumarse a la celebración del aniversario de la Reapertura, refirió al actual conflicto universitario y consultó al visitante: “¿Qué significa para vos la Educación pública?”.

“Forma parte de nuestro sentido común, uno de los grandes consensos que hemos construido, y que no debemos perder, es la importancia de la educación como herramienta de progreso y de cambio”, reflexionó Sacheri y agregó “es un derecho y todos tenemos la responsabilidad de ofrecer lo mejor”.

A pedido de Peire, contó sobre su historia profesional: “Pensaba ser académico pero pasó otra cosa”, sonrió y relató las circunstancia del “boom” de su producción literaria a partir del gran éxito de la película “El secreto de sus ojos”, ganadora del premio Oscar en 2010.

“Escribir ficción pasó a ser mi trabajo principal”, indicó y recordó que antes había sido auxiliar en un juzgado y empleado en un mayorista de videoclubes. “Soñaba que volvía a tribunales hasta que escribí ‘La pregunta de sus ojos’, escribir es una manera de hacer los duelos”, confió.

Luego, Sacheri se prestó a un diálogo con los asistentes, que incluyó referencias a su querido Club Atlético Independiente, a su tarea como profesor de secundaria, y a su destino ajeno a la Academia: “No hubiese disfrutado una vida de archivo como la de los investigadores”, reconoció.