Fue uno de los impulsores de la Asociación de Periodistas de la República Argentina, se desempeñó como cornista de la Sala de Prensa de la Casa Rosada durante décadas. Sus colegas y compañeros lo recordaron con mucho cariño. Este texto fue escrito por Susana Grassi.
Hace días intento escribir pero hay algo que impide que la mente encuentre las palabras adecuadas. Es que el cerebro niega que nuestro querido Gordo, Bernardo, esté luchando por su vida y para seguir en la Sala de Periodistas cuidando la historia de cada uno de nosotros.
Es así, Berni es nuestro custodio, siempre dispuesto a guardar los recuerdos de sus colegas, aún a costa de las bromas de algunos que lo acusaban de guardar papelitos inútiles.
Se nos fue un queridísimo colega y amigo. Y desde aquí, despedimos a Bernardo Goncalves Borrega por todo lo que dio a todos aquellos que lo conocieron, que trabajaron con él, y también todo lo que le dio a APeRA.
Por su esfuerzo, por su compañerismo, por su sensibilidad, por estar siempre, por su solidaridad para con todos, lo despedimos con las palabras que antes de que partiera preparó nuestra colega Susana Grassi.
Pero a Berni no le importó, gracias a él, la Sala de Gobierno encontrará algún día un historiador interesado en ver el “detrás de escena” argentino de finales del siglo XX y principios del XXI. Y los papelitos del Gordo serán el único back up.
Berni fue mi alumno de periodismo y compañero durante años en la Rosada, siempre prolijo, cumplidor y estudioso, pero lo más importante un verdadero amigo de sus amigos.
Para nuestro Gordo, la Sala fue su segundo hogar, orgulloso de trabajar en el mismo lugar de su admirado papá.
Berni es el único que mantuvo contacto con los colegas más veteranos, una forma también de preservar la historia.
Se acomodó muy bien al cambio de los tiempos y se transformó en el ancla de la que se engancharon todos los nuevos periodistas. Jamás le negó ayuda a ninguno.
En los últimos años, fiel a su objetivo de preservar la historia y mantener contacto con sus colegas, se transformó en el alma mater de APeRA, la organización de periodistas de todo el país que ayudó a crear.
Prolijo y cumplidor como siempre, fue el encargado de recordar los cumpleaños, organizar las reuniones y comunicar cualquier novedad. Nadie tan dedicado como él.
Por todo esto, y mucho más, es que no puedo entender que -sin aviso previo- Berni esté hoy luchando por su vida, justo cuando había decidido dedicar algo de su tiempo libre a disfrutar de la vida.
Seguí luchando querido Gordo, todos tus colegas y amigos estamos ahi para darte fuerza Nosotros no vamos a bajar los brazos, hacé lo mismo.
* Así lo despidió Susana Grassi, colega de APeRA y ex integrante de la Sala de Periodistas de la Casa Rosada.
PD: Berni luchó a brazo partido. Pero a las 16,14 de este 27 de octubre falleció. Nos deja su legado.