oficializado por la Comisión Arquidiocesana de Piedad Popular, es el lema que acompañará la 49ª Peregrinación Juvenil, prevista para el sábado 30 de septiembre y el domingo 1° de octubre.
“El lema ayuda a inspirar y unir a los peregrinos en tiempos difíciles. La invitación es a unirse a María y caminar juntos por la vida, llevando nuestras cruces cargadas en comunidad. Un tiempo de gracia para celebrar la vida en la casa de la Virgen de Luján”, explicó el organismo arquidiocesano.
Según puntualizaron los servidores de la CAPP, son los propios peregrinos “quienes, a través de sus intenciones a la Virgen de Luján, dan indicios para generar un denominador común que lleva al lema”.
“Palabras claves como unión, caricia, abrazo, entrega, esperanza, bondad y ayuda, entre miles de palabras, nos llevaron a decirle a la Virgen de Luján: Madre, estamos en tus manos, danos fuerza para unirnos”, sostuvieron.
“Como todos los años, el lema nos inspira, nos ayuda, quiere ser un poco voz de las intenciones de todos los peregrinos que nos acercamos al santuario de Luján. Y, en este tiempo, donde ya la pandemia quedó atrás pero no todavía las heridas, y en un país donde estamos debilitados, esa oración que sale del corazón es una experiencia de fe, es una muestra de que estamos en sus manos”, destacó el presbítero Mario Miceli, miembro de la CAPP.
Asimismo, el sacerdote resaltó que peregrinamos hacia la Virgen “porque estamos en sus manos, en las manos de nuestra Madre que sabemos que cuida, que abraza, que sostiene, que sana con sus manos, las manos que muestran en María el rostro tierno de Dios, y por eso vamos hacia ahí”.
“¿Por qué las manos de nuestra Madre?”, se preguntó, y afirmó: “Al estar tomado de las manos rompemos cualquier experiencia de soledad o de división. Tomados de las manos estamos unidos, y cuando estamos tomados de las manos de los que nos aman y amamos recibimos esa fortaleza para poder caminar por esos caminos difíciles para los que quizás no estamos encontrando solución o en los que las cosas no son como queremos, y en las manos de María, en las manos de Dios y desde el unirnos a nuestra madre, surge la invitación renovada a fortalecer esa unión entre nosotros, para poder seguir caminando”.
“Estamos en un tiempo especial, queremos que sea un tiempo de gracia y lo queremos vivir con María. Por eso, esa ofrenda de amor, de acercarnos como pueblo a su casa para seguir celebrando la vida. Nuestra vida, que como Dios sueña, queremos que sea plena. Y, como bien sabemos, la cruz, cuando se carga en comunidad y en familia es más liviana y, sabemos que María está al lado nuestro y nos ayuda a caminar nuestras cruces, todo aquello que queremos vivir cristianamente”, sostuvo el padre Miceli.