Tras casi un año de la implementación de la ley de Etiquetado Frontal de alimentos, aprobada por el Congreso nacional y reglamentada por el Gobierno de la Nación, el próximo 16 de febrero vence la prórroga que pidió la mayoría de los fabricantes para poder aplicar la norma.
Es que, casi 12 meses tuvieron las empresas para modificar su empaquetado o packaging en varios de sus productos ofrecidos al mercado y vestirlos con los correspondientes sellos negros, según la actual ley de Etiquetado Frontal de alimentos.
Vale recordar que, el 23 de marzo de 2022 y por Decreto 151/2022, el Gobierno nacional aprobó la reglamentación de la Ley de Promoción de la Alimentación Saludable Nº 27.642, más conocida como Ley de Etiquetado Frontal.
Desde su publicación en el Boletín Oficial, la ley de Etiquetado Frontal entró formalmente en vigencia y la industria alimentaria comenzó a adecuarse a la nueva normativa que busca advertir a la población en los envoltorios de los alimentos con excesos de componentes que pueden ser nocivos para la salud, como azúcares, sodio y grasas saturadas.
Es preciso señalar que, la ley de Etiquetado Frontal busca “garantizar el derecho a la salud y a una alimentación saludable, brindando información nutricional para promover la toma de decisiones asertivas y resguardar los derechos de los consumidores”.
En la actualidad, varias empresas ya adaptaron sus envases a la ley de Etiquetado Frontal, por lo que ya se ven muchos sellos negros en las góndolas de supermercados y almacenes. Pero, la realidad es que muchas otras están en falta y por los tiempos que quedan es probable que sigan así por varios días más.
Por ello, el Gobierno Nacional tiene previsto controlar el efectivo cumplimiento de la ley de Etiquetado Frontal a partir del 16 de febrero, fecha en la que vence la prórroga que pidieron la mayoría de los fabricantes de alimentos.
Desde ese día, los productos que salen de las plantas de fabricación deberían tener el sello negro que alerta sobre el contenido con “excesos” de grasas, azúcares, sodio o calorías en los alimentos y bebidas envasados. Para las pymes, el plazo de prórroga vence recién en agosto.
En cuanto a las infracciones a la ley de Etiquetado Frontal, el Gobierno nacional prevé que se aplicarán las sanciones previstas por el DNU 274/19 y la Ley de Defensa del Consumidor (24.240), según corresponda a cada caso.
En ese sentido, la normativa de Lealtad Comercial fija sanciones de acuerdo a un monto equivalente a entre 1 y 10.000.000 de Unidades Móviles, la cual cada una equivale a $40,61. Respecto a la Ley de Defensa del Consumidor, los montos no están actualizados desde hace 10 años y el máximo actual es de $5 millones.
Por su parte, mientras esperan más prórrogas extendidas por el Gobierno, las empresas alimenticias buscan distintas estrategias para llegar a los consumidores de modo que no rechacen el producto etiquetado por los sellos negros.
Para ello, las compañias están pensando colocar un código QR en la etiqueta de los productos que aporte información sobre las cualidades nutricionales del alimento, la cual sería legible a través del celular a fin de brindar datos que puedan balancear la decisión del cliente.
Este método que podrían aplicar las empresas alimentarias, se asemejaría al sistema de etiquetado Nutri-score utilizado en Europa, que en Argentina y otros países de la región perdió la batalla frente a los sellos negros.
Además, algunas empresas piensan en modificar la presentación de la tabla nutricional que incluyen los envases para hacerla más clara y con contenido informativo del producto y hasta planean ofrecer un mismo producto tanto con como sin el sello.
“La ley de Etiquetado Frontal alienta a la población a adoptar una alimentación saludable. Es una herramienta que permite que los consumidores cuenten con información más sencilla, no engañosa y fácilmente visible, con el fin de conocer lo que están eligiendo comprar y consumir”, expresó el Ministerio de Salud de la Nación con respecto a la norma.
Por último, la ley de Etiquetado Frontal permite regular la publicidad dirigida a los niños, tanto en medios de comunicación masiva como en los envases, así como también moderar la promoción y el patrocinio de esos productos.