El juez, con intervención de la fiscal federal de Quilmes Silvia Cavallo, hizo lugar a una acción de amparo ambiental colectiva contra la empresa EVA S.A., el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, la Municipalidad de Luján, y la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE). Las obras que comenzaron hace un mes serán paralizadas por la cautelar del juez.
En los fundamentos de su resolución, Armella advirtió sobre las “consecuencias irreversibles” en materia “ambiental social y cultural” de un basural a cielo abierto, pero “también la afectación de un predio ambientalmente sano como sería el Predio Sucre, el cual sería utilizado como centro de disposición de residuos con las consecuencias que ello traería aparejado para el ambiente y los pobladores del lugar”.
Se refiere al predio de ocho hectáreas, al lado de las vías del tren, que está frente a la histórica estación Sucre, ya en desuso.El magistrado avaló la postura de un grupo de vecinos y dispuso un período de al menos seis meses para que expertos de la Universidad de Buenos Aires (UBA) realicen los correspondientes estudios de factibilidad.
En relación con el predio Sucre, los expertos deberán realizar un relevamiento de la cantidad de ocupantes, su situación habitacional, vulnerabilidad social, condiciones sanitarias, posible afectación a la salud por contaminación generada en el BCA, verificar la existencia de menores y su acceso a centros educativos y medios de transporte, entre otras cosas.
Sergio Federovisky viceministro de ambiente de la Nación, apuntó: “El fallo es una aberración que lo toma un juez que no tiene ninguna vinculación geográfica, ni con la temática con el cierre del basural a cielo abierto que declara una cautelar pidiendo cosas que ya el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible ha presentado en todas la instancias que la ley le exige pedirlo y además el proyecto tiene el aval en todas las instancias también, sea ambiental y social, entre otras, del Banco Interamericano de Desarrollo”.
Los detalles del proyecto
La iniciativa genera una solución integral para el tratamiento adecuado de las 100 toneladas de residuos que ingresan a diario al vertedero a cielo abierto más grande del país -un problema histórico y estructural que desde hace 40 años supone un importante foco de contaminación tanto para los recursos naturales como para la población de los barrios aledaños-.
Con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por un monto superior a los 10 millones de dólares, la propuesta incorpora tecnología de última generación en la gestión de residuos sólidos urbanos y promueve la inclusión laboral de los más de 160 recolectores y recolectoras informales que actualmente trabajan en el Basural.
En primer lugar, el proyecto avanzará con la construcción de un nuevo Centro Ambiental en un predio de 8 hectáreas lindante a la estación de Sucre, que contará con sectores de tratamiento, separación y disposición final de residuos, zonas de tratamiento diferenciado de áridos, vidrios y neumáticos, zona de acopio de poda, además de áreas de control y balanza, administración, vestuarios y guardería.
En paralelo, se pondrán en marcha los trabajos de saneamiento y remediación ambiental de 13,6 hectáreas que forman parte del actual Basural a cielo abierto -con el objetivo final de consolidar a mediano plazo un Ecoparque-. Las tareas incluyen la construcción de celdas de disposición final, sectores de compostaje y restos de poda, además de la instalación de un control reforzado de ingreso de contenedores.
En este sentido, se realizará el cierre definitivo del actual Basural cuando se encuentren habilitadas la planta de tratamiento y el relleno sanitario del nuevo Centro Ambiental -previsto en el término aproximado de un año-. Asimismo, se planifica reducir el ingreso de residuos en al menos un 35 por ciento.
Las nuevas instalaciones fueron planificadas con criterios integrales de sustentabilidad, tales como paneles y colectores de energía solar; espacios de transición interior – exterior para regulación térmica; protección solar y de lluvias; materiales amigables como chapas; bloques y placas de tetrabrick recuperado para cielorrasos; recolección de agua de lluvia; forestación con especies nativas e iluminación LED.
En total, se dispondrán 18.892 metros cúbicos para el nuevo relleno sanitario; 2.805 metros cuadrados de superficie cubierta; 582 metros cuadrados de superficie semicubierta; y 10.167 metros cuadrados de pavimentos, playones y veredas.
La planta de separación, por su parte, tendrá una capacidad de procesamiento diaria de 90 toneladas de residuos; 32 toneladas de residuos recuperables y 25 toneladas de otros residuos recuperables. Con una superficie de 540 metros cuadrados, incluirá una zona de descarga y preclasificación, zona de separación mecanizada y galpón de residuos recuperados.
Los sectores de áridos y playón de poda se extenderán en una superficie de 2.937 metros cuadrados, en tanto que los sectores de vidrios y neumáticos contarán con una superficie de 715 metros cuadrados. En ambos casos se garantizará un incremento de la capacidad de acopio por la reducción de volúmenes -como ya viene ocurriendo con los neumáticos fuera de uso-. También habrá un sector destinado exclusivamente al compostaje de residuos húmedos.
Asimismo, para optimizar las condiciones laborales de los recicladores y recicladoras que serán incluidos en el proyecto, el Centro Ambiental prevé la construcción de una guardería con sala de maestros, salas para niños y niñas de 0 a 4 años, lactario y ludoteca, además de sanitarios para hombres, mujeres y personas con discapacidad.
Por último, las instalaciones contarán con un Centro de Interpretación Ambiental, área de administración, vestuarios y cocina.