Una de las causas principales de contaminación de los rosales con virus es la intervención del hombre, debido a que solo se transmiten a través de yemas, estacas o de raíces de plantas infectadas hacia raíces de plantas sanas. Prunus Necrotic Ring Spot Virus (PNRSV) y Apple Mosaic Virus (ApMV) son los más comunes, pero no son los únicos. Por eso, un equipo del INTA trabajan en la producción de rosales libres de virus que aseguran una mejor calidad y sobrevida de las plantas. Para esto, desarrollaron un protocolo que permite sistematizar las etapas de producción para fomentar su multiplicación y producción y mantener su condición sanitaria.
Laura Hansen –directora de la Estación Experimental Agropecuaria San Pedro del INTA y una de las referentes del proyecto– señaló: “El propósito del protocolo es establecer una metodología para asegurar que las plantas producidas mantengan y puedan demostrar su condición sanitaria y garantizar la variedad. Se trata de disminuir las pérdidas en el cultivo de rosales y mejorar la calidad final de las plantas a fin de reposicionar el producto en los distintos mercados del país”.
Protocolo para la producción de rosas
Los rosales se multiplican agámicamente, lo cual consiste en este caso que la planta se desprende de una parte que la conforma de la que surgirá una o varias plantas nuevas, completas e iguales. Se obtienen copias idénticas del organismo progenitor. Generalmente los productores plantan las estacas y luego las injertan con yemas extraídas del cultivo comercial del año anterior.
“El protocolo de material de multiplicación para el cultivo de rosas propone cuatro tipos de lotes de producción: el lote inicial y lote preincremento son las etapas previas al cultivo de las plantas, que luego pueden pasar al lote incremento o al lote comercial según desee cada productor”, expresó Mariana Piola, una de las integrantes del equipo de trabajo del INTA San Pedro.
En el “lote inicial” se encuentran todas las plantas en condiciones de ser multiplicadas. El primer paso para la introducción es la selección de la variedad según interés de los productores.
Posteriormente, se realiza una observación visual minuciosa de las plantas para corroborar que respondan a las características morfológicas de la variedad, no manifieste anomalías, y al mismo tiempo poder detectar alguna sintomatología no deseada. Por último son testeadas en su primera brotación, a partir de hojas y/o pétalos extraídos en primavera, en el laboratorio de fitopatología del INTA San Pedro. Las plantas cuyos resultados son positivos para alguno de los cuatro virus analizados, serán eliminadas del lote.
El resto de las plantas cuyo resultado da negativo, es identificado correctamente por su variedad y ubicado en un plano. “Año tras año se van sumando nuevas variedades según las posibilidades”, indicó Piola quien agregó que el lote debe mantenerse sin malezas y en condiciones óptimas de sanidad en todos los aspectos ya que de estas plantas se extraerán las yemas que se injertarán en la segunda etapa de producción “lote de preincremento”.
De este próximo lote saldrá el material vegetal solicitado por los productores interesados en acceder al sello de calidad Clúster, tanto para sus propios “lotes de incremento” como para “lotes comerciales”. El mismo deberá estar debidamente identificado y analizar cada variedad periódicamente para conocer su estado sanitario para mantener el estándar de calidad.
Los “lotes de incremento” están constituidos por plantas madres para la obtención de estacas o yemas que cada productor posee en su unidad productiva, siendo como único destino su uso en cultivos propios. Es necesario realizar una planificación previa de la producción deseada, para tener ordenado los distintos lotes en el campo y definir con certeza la cantidad de estacas necesarias para las plantas madres de portainjerto y las plantas madres de variedades.
El lugar elegido para este lote permanecerá inamovible por cinco años, el tiempo máximo permitido para la extracción de yemas o estacas, las plantas deben estar correctamente identificadas con etiquetas, y el lote con cartel, para diferenciarlo del lote productivo comercial
Del material extraído de las plantas madres propias que posee el productor, se debe confeccionar una Declaración Jurada.
Por último los “lotes comerciales” son aquellos que tienen como objetivo la comercialización de las plantas producidas. Se inician con materiales provenientes de los lotes de incremento tanto de la Cámara de viveristas o del propio productor, habilitados previamente por haber cumplido con lo establecido en el protocolo. Deberá estar separado del lote de incremento e identificado con un cartel.
El procedimiento de plantación, injerto, seguimiento y muestreo es igual que para el lote de incremento. Se realizarán análisis para los virus más comunes de los rosales, en particular Prunus Necrotic Ring Spot Virus (PNRSV) y Apple Mosaic Virus (ApMV) a razón de una muestra compuesta Antes de arrancar las plantas, se deberán contabilizar las que se encuentran aptas para la venta.
Un asesor técnico realizará durante el ciclo productivo el seguimiento y control de las plantas en cuatro visitas por establecimiento, cada una tiene diferentes objetivos específicos: Identificación y destino del lote, constatar la plantación de las estacas y conteo de las mismas – Conteo de los injertos prendidos en la primera brotación, y relevamiento de su estado sanitario – Conteo de las plantas aptas para la venta y relevamiento de su estado sanitario – Recolección de las muestras a analizar y envío al laboratorio de INTA. Posteriormente se analizará la consistencia de toda la información relevada para obtener el “sello de calidad Cluster”.
Desde 2020 ya están disponibles las plantas que llevan la etiqueta que dan cuenta del cumplimiento del protocolo. Gracias al proyecto no sólo se cumple con un requisito de calidad, sino que facilita al comprador la adquisición de las plantas, con una identificación directa de la variedad con foto de la flor y un QR que lleva al catálogo de rosas. La propuesta es que más productores se sigan sumando al cultivo de rosas con el protocolo de sanidad para revalorizar el producto de la zona a nivel nacional.