Bajo el lema “Una sola Tierra”, el 5 de junio se celebra en el Día Mundial del Ambiente. El INTA trabaja en agregar valor ambiental a la producción agropecuaria argentina mediante una mejora gradual en la sostenibilidad de los sistemas de producción.
Más de 150 países participan cada año bajo el liderazgo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y corporaciones, organizaciones no gubernamentales, comunidades y celebridades de todo el mundo adoptan la marca del Día Mundial del Medio Ambiente para defender causas ambientales.
El medio ambiente, o simplemente “ambiente”, presenta diversas problemáticas que tienen que ver con cuestiones como la sobreexplotación de los recursos naturales, el calentamiento global y el cambio climático, la contaminación, la desertificación, la deforestación de los bosques, los incendios rurales y forestales, la pérdida de la biodiversidad, entre otras. Es por esto que cada año la celebración del día del ambiente se organiza en torno a una temática particular relevante sobre la cual se considera que es necesario poner el foco.
“Una sola Tierra” fue el lema de la Conferencia de Estocolmo de 1972, en la cual se acordó el establecimiento del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (actual UNEP). Cincuenta años después, los retos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la contaminación entre otros, siguen vigentes.
La consigna de este año destaca la necesidad de vivir de forma sostenible, en armonía con la naturaleza, a través de cambios sustanciales impulsados por políticas y elecciones cotidianas que nos guíen hacia estilos de vida más limpios y ecológicos
El llamado al cuidado del ambiente y la gestión eficiente de la utilización de los recursos naturales cobra más relevancia en un escenario con un gran crecimiento de la población y un consecuente aumento del consumo y la demanda de alimentos y, además, con efectos irreversibles provocados por el cambio climático.
“Acompañando estas preocupaciones, y poniéndolas en acción el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria tiene en su estrategia institucional internalizado el agregado de valor ambiental a la producción agropecuaria argentina a través de una mejora gradual de la sostenibilidad de los sistemas de producción en los territorios”, explicó José Volante, coordinador del Programa Nacional de Recursos Naturales y Gestión Ambiental del organismo.
De acuerdo con Volante, “desde el Programa se abordan grandes temas o desafíos para lograr la sostenibilidad del sistema agroalimentario y agrobioindustrial argentino trabajando en áreas de expansión agropecuaria, en la lucha contra la desertificación y degradación de tierras, en intensificación agropecuaria sostenible y en zonas de interfaces rurales y urbanas”. En esa línea señaló que “el desafío de la adaptación a la variabilidad actual del clima y la mitigación del cambio climático atraviesan las acciones del Programa”.
Por su parte, Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación de Recursos Naturales (CIRN), afirmó que “el ambiente en todos los territorios del país, y sobre todo el ambiente con los sistemas de producción agropecuaria, son el destinatario de la generación de conocimiento, investigaciones, desarrollos tecnológicos de los distintos institutos del Centro”.
Desde la escala del gen, hasta el paisaje, “todo el abanico de proyectos de investigación, tesis y grandes programas que se realizan en el CIRN, tienen que ver con la búsqueda de una relación armónica entre el ambiente y la producción agropecuaria”, puntualizó el director.
Siguiendo a Mercuri, “el INTA, y en particular el CIRN, tiene la enorme responsabilidad de trabajar en generar información precisa para la discusión ambiental y esta demanda que hoy hace la sociedad a los sistemas de producción agropecuaria para un mayor cuidado del ambiente, esté basada en datos científicos”. Por ello, “es una gran responsabilidad de los investigadores del instituto, para que la búsqueda de soluciones esté basada en la ciencia y no en la percepción”.
Dentro de los diferentes instrumentos que articula el INTA, “la Red de Comunicación y Educación Ambiental constituye un ámbito en el cual se elaboran estrategias junto a los territorios, las organizaciones públicas y privadas, instituciones educativas y la sociedad en general”, comentó por su parte Laura Medero, coordinadora de la red.
Desde este instrumento, “se busca fortalecer las competencias, valores y conocimientos que permitan a las nuevas generaciones y al público en general tomar decisiones informadas tendientes hacia un futuro sostenible”, aseguró Medero.
Asimismo, siguiendo los lineamientos de la nueva Ley de Educación Ambiental Integral (Ley 27621/2021) “la Red trabaja en junto a las instituciones de la educación formal –jardines, escuelas, universidades– así como con organizaciones de la sociedad civil, para crear conciencia, construir y comunicar acciones, que impliquen un abordaje inter o transdisciplinario de la gestión ambiental y los recursos naturales”.
El INTA, a través de su cartera de proyectos e institutos de investigación, tiene un rol central a la hora de aportar a la sociedad conocimientos científico-técnicos para lograr una armonía entre la producción y el ambiente, siendo este un tema siempre vigente y de alto valor para la sociedad en su conjunto.