La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), más allá de rechazar la iniciativa de excluir a las entidades agropecuarias y al sector académico del Consejo Directivo del INTA, comunicó que quiere llevar la discusión a otro nivel.
De esta forma, la entidad busca ampliar la representación vigente, considerando los cambios que presentó la estructura socioproductiva desde la fecha de creación del INTA, en el año 1956, y visibilizando a los nuevos actores sociales agropecuarios.
“La activa participación del sector privado ha sido fundamental para que el INTA, con más de 60 años de historia, haya superado los diversos contextos políticos y económicos. Mirar para otro lado, en vez de sumar nuevas miradas, es actuar en desmedro del desarrollo equitativo de todas las regiones del país”, afirmó Eduardo Rodríguez, presidente del sector de Economías Regionales de CAME.
En este sentido, la entidad gremial empresaria que representa a pequeños y medianos productores, reclama hace 11 años ser parte del Consejo Directivo del INTA.
Según el Censo Nacional Agropecuario 2018, las “Economías Regionales” representan a más del 63% de las explotaciones agropecuarias argentinas, por lo que comenzar a considerarlo es una necesidad estratégica al momento de diseñar políticas de desarrollo productivo tanto regional como nacional.