La pelota no rodó a favor de Flandria

Este lunes, y luego de tres semanas, volvió la actividad deportiva al ascenso. A lo largo de la jornada, se jugó por completo la fecha 12 del torneo Apertura de la B Metropolitana. En esta oportunidad, Flandria visitó las instalaciones de Argentino de Quilmes y perdió por 3 a 1. Fue una tarde difícil para el equipo dirigido por Andrés Montenegro.

Era una buena oportunidad para seguir prendido a la punta pero no pudo ser. Aún así, los resultados son favorables, ya que Flandria con 18 puntos se encuentra séptimo. El primero de la tabla JJ Urquiza, tiene 22. Por ende, el Canario no está tan lejos y la ilusión sigue latente.

El Lobo Montenegro hizo algunas variantes en el equipo debido a las lesiones de algunos jugadores del plantel. Flandria formó así: Lungarzo, Camacho, Henry, Puch, Culio, López Quinteros, M. Nouet, Ibáñez, Guerreiro, Tisera y Trinidad. En el segundo tiempo debutó Solé e ingreso Gordillo y Altolaguirre.

El partido se terminó de definir en la segunda mitad. Los primeros 45 minutos fueron a favor equipo local, quién logró convertir a los 12 minutos. Fue una jugada que vino de un centro de Vidal al segundo palo, Piedra la bajó y Barrios marcó el primer gol. Fueron las veces contadas en las que Flandria intentó empatar el partido antes de ir al descanso.

Al comienzo del segundo tiempo, el partido seguía prácticamente igual. Argentino no bajaba la intensidad y seguía atacando cada vez más fuerte. A los 17 minutos, llegó el segundo gol para ellos, de la mano de Machado.

Entre cambios y cambios, Flandria quería remontar la situación y casi que lo logra. Después de su ingreso, Lautaro Gordillo logró marcar de cabeza para el Canario. Intentó no bajar los brazos, pero la suerte este lunes no estuvo de su lado.

Llegando al final del partido, vuelve a marcar el conjunto local para definirlo. Una jugada similar a la del primer gol, de pelota parada también, Cañete marcó el 3 a 1.

Este panorama aleja un poco a Flandria de la punta, pero el próximo martes jugará en el Carlos V contra Los Andes, para arrimarse de nuevo y seguir prendido a la ilusión que los condena.