Los docentes de la arquidiócesis de Mercedes-Luján compartieron con el arzobispo local, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, el Segundo Encuentro de Apertura de la Comunidad Educativa con el lema “Educar es siempre un acto de esperanza”. El encuentro, organizado por la Junta Regional de Educación Católica (Jurec), se desarrolló virtualmente, a través de la plataforma Zoom.
“Primero que nada, gracias, gracias, gracias, por el año pasado; gracias también por el comienzo de este año, que vuelve a ser de muchos desafíos”, expresó el arzobispo, al alentar a los educadores a la esperanza, haciéndose eco del lema de la jornada, e invitó a trabajar por un pacto educativo como propone el papa Francisco.
Tras afirmar que en la situación actual en la que “todo se mueve demasiado rápido”, advirtió sobre “un cambio cultural y antropológico muy importante”.
“Con esto quiero decir que todo lo que teníamos como puntos de referencia o como mapas para ubicarnos en la realidad, están cambiando de una manera velocísima”, sostuvo, y agregó: “Esto nos obliga a estar recalculando permanentemente”.
El arzobispo consideró que el cambio de la presencialidad a la virtualidad tendrá «consecuencias» y puntualizó que una primera certeza es que «educar es esencial».
Asimismo, estimó que hay otro punto que no se puede «negociar» y es que «más allá de los cómo, más allá de nuestras maneras pedagógicas, nuestras maneras didácticas, metodológicas, educar incide directamente en la transformación de la cultura. No es una pincelada a la cultura».
«En el aula ustedes trabajan directamente en los ‘mapas’, es decir en la brújula, en los sentidos de la vida. La educación trabaja directamente en la cultura, por eso nosotros no vamos a ser espectadores, de ninguna manera; no podemos ser espectadores de este cambio cultural y tenemos que incidir, incidir en ese cambio cultural”, enfatizó.
Monseñor Scheinig insistió en afirmar que “este momento histórico requiere de una máxima creatividad, para trabajar en los ‘mapas’, que son los de un ser humano más pleno y más fraterno”.
“Gracias a todas, gracias a todos, de todo corazón, por todo el trabajo que hacen. Hay una pequeña experiencia que San Pedro tiene después de la muerte de Jesucristo, ya estando ellos (los discípulos) a cargo de la evangelización; se encuentran con una persona que estaba paralítica y pedía algo, y Pedro le dice: ‘mira te doy lo que tengo, lo que tengo que es Dios, no tengo más que esto para dar”, recordó.
“Quiera poder llegar a todos los colegios. Tengan la seguridad de mi oración y la seguridad también de mi bendición. Quisiera que todos los colegios se sientan sostenidos y contenidos por nosotros. Nos ponemos al servicio de ustedes y que Dios, de corazón, bendiga la vida familiar, la vida laboral, la salud, que puedan vacunarse pronto, que puedan estar bien, que puedan hacer de la educación, que es la vocación de ustedes, el lugar de plenitud, que se sientan muy plenos”, concluyó.