“Después de cesar la actividad en la Casa de la Divina Misericordia el 20 de marzo de 2020 a causa de la circunstancia sanitaria mundial y vernos en la obligación de readapatar nuestro servicio solidario de cuidados paliativos a través del Programa de Asistencia Ambulatoria, consideramos necesario evaluar de forma integral las necesidades de nuestros huéspedes en situación de final de vida así como de toda la comunidad de Luján con el objetivo de habilitar nuevamente el funcionamiento de nuestra Casa para la internación”, informaron desde la entidad.
Así, luego de la experiencia recogida durante el desarrollo y puesta en práctica del Programa de Asistencia Ambulatorio durante la Pandemia del COVID 19 durante 11 meses, desde el Hospice Madre Teresa entendemos lo siguiente: El sistema de salud de nuestra ciudad de Luján está compuesto por diferentes sectores: el sector público, las Obras Sociales, el sector privado y las diferentes organizaciones sociales (ONGs). Todos estos sectores aportan recursos materiales y humanos en cuidados paliativos, pero funcionan de forma poco integrada entre los diferentes subsistemas. Algunos de estos sectores también están fragmentados en su interior generando una ausencia o superposición de los recursos sanitarios. La mayoría de las personas con necesidades paliativas que solicitan la ayuda del Hospice tienen algún tipo de cobertura social que les pueda brindar asistencia, ya sea en el domicilio: médicos de cabecera, internación domiciliaria, servicio de emergencias o acceso a la consulta ambulatoria paliativa en consultorios privados y hospitales.
Las mayores dificultades que han tenido los pacientes y sus familiares es cuando han necesitado la internación para el cuidado de final de vida. Estas dificultades generan un acceso inequitativo en el Sistema de Salud, disminuyendo la eficacia de los cuidados paliativos, sobre todo, en la fase final de la enfermedad. Cuando en una comunidad se fragmentan los derechos humanos se pueden generar severas iniquidades e ineficiencias. Debido a esta situación de necesidad y en este contexto sanitario decidimos la reapertura del Hospice para la Internación (Hospedaje) de personas para brindarles Cuidados Paliativos de final de vida.
El respeto por la dignidad de las personas y sus derechos, sumado a un trabajo integrado y coordinado, que garantice con equidad la accesibilidad, son valores fundamentales para nosotros para desarrollar el Cuidado Hospice.
Teniendo en cuenta estas determinaciones el Hospice Madre Teresa ha decidido reabrir la Casa de la Divina Misericordia para la internación de Huéspedes a partir del 22 de febrero y mejorar las condiciones de acompañamiento médico, espiritual y emocional durante la etapa final de vida para elevar la calidad de vida de los pacientes.
El lunes 22 de febrero, bajo estrictos protocolos de cuidado previamente consensuados con el Equipo Médico, voluntarios y Comisión Directiva, el Hospice Madre Teresa volvió abrir sus puertas con mucho entusiasmo y vocación de servicio para recibir a su primera Huésped.
Queremos agradecer a todos los voluntarios que cuidaron de cada detalle de la Casa de la Divina Misericordia, desde las tareas en el parque y huerta hasta los trabajos de refacción y mantenimiento. También les agradecemos por su dedicación y capacidad de readaptar sus actividades para ayudar a la comunidad siempre que lo necesite. Por supuesto, les damos las gracias a los Socios y Padrinos que continúan brindando su apoyo incondicional.