Monseñor Jorge Torres Carbonell, obispo de Gregorio de Laferrere, presidió la misa del en la basílica de Luján, en las vísperas del Domingo de la Palabra de Dios.
Al comenzar su homilía mencionó que las lecturas del día hablan de “la consagración de una casa. El Señor eligió y consagró esta casa donde estamos”, dijo haciendo referencia al santuario, por eso dijo a los presentes: “Si venimos es por todo lo que está incluido en esa consagración”.
Monseñor Torres Carbonell sostuvo que “todos nosotros venimos a recibir de esa consagración de la Virgen. Por lo tanto, está muy claro lo que nos dejó Jesús, a su Madre, al pie de la Cruz”, mencionando el Evangelio de Juan, y recordó que María es Madre de todos “incluidos en nuestro querido pueblo del cual formamos parte, vivimos y crecemos con esta intuición”.
Mencionando que muchos peregrinos vienen a la basílica a tomar las decisiones más importantes de su vida, el prelado indicó que “en la fe de nuestro pueblo la Virgen ocupa ese lugar central y por ahí pasa nuestra vida, que se siente acompañada. Las decisiones se las dejamos para que la Virgen las bendiga y las cuide”, afirmó.
En efecto, “la Virgen cuida y el discípulo la lleva a su casa porque sabe que la Virgen va a acompañar la vida de los discípulos de Jesús”. Haciendo referencia al santuario de Luján, dijo: “Este lugar de la Virgen en nuestras vidas es sagrado, hay que cuidarlo. Después fluye lo que a continuación del encuentro cada hermano quiere decir”.
Por eso, el obispo de Gregorio de Laferrere animó a pedir “que cada uno de nosotros que ha venido a su encuentro, quizás después de algún tiempo, a rezarle a la Virgen, a contarle la vida, pueda seguir andando en su presencia”, y anhelo “que la Virgen nos cuide, acompañe nuestros pasos, nos sintamos su presencia, nos cubra con tu manto y esté siempre con nosotros”.