Según denunciaron vecinos del lugar en diálogo con TRIBUNA DEL PUEBLO, un grupo de personas habría usurpado una parcela donde funcionaba una industria que se incendió hace unos años y allí, con bajada de luz trucha incluida, desde la noche del sábado hasta la mañana del domingo se desarrollo un encuentro que no solamente ostentaba personas en aparente estado de ebriedad sino también la música “a todo lo que da”. Cuando llegó la Policía pasadas las 9 de este domingo, todos los presentes huyeron dispersándose y en la huída una motocicleta con dos ocupantes chocó de frente con un vehículo en la vieja Ruta 5.
En los barrios San Antonio Sur, San Antonio Norte, Las Moras y Villa Cleotilde los vecinos no tienen paz. Es que, pese a que el Municipio anunció la creación de un área dedicada especialmente a los ruidos molestos derivados de ellas, las fiestas clandestinas no cesan. Y no es una cuestión de la pandemia del Covid – 19: Desde hace años quienes quieren disfrutar del entorno natural y la tranquilidad de su barrio no pueden hacerlo.
Es que en casas quintas particulares se desarrollan, luego de ser arrendadas temporariamente para tal fin, encuentros dignos de una Creamfields o Woodtock. Centenares de personas con música a altísimo volumen, cobro de entradas y expendio de bebidas alcohólicas “disfrutan” de encuentros que por la normativa vigente se encuentran prohibidos. Es que no hay medida de seguridad alguna, ni factor ocupacional, ni límite en el volumen de la música que se cumpla.
“Le hemos mandado mensajes al intendente. La Secretaría de Protección Ciudadana no funciona. La oficina de ruidos molestos no funciona bien”, manifestaron los vecinos ante la consulta de este medio sobre la situación. “Es un lío, el problema es que la Municipalidad no hace absolutamente nada, hace unos días hizo una notificación a propietarios e inmobiliarias para que se abstengan de alquilar, pero la gente se les ríe en la cara”, contaron. “Es un problema de la Municipalidad que no hace absolutamente nada que valga la pena, la sociedad de fomento le donó a la Municipalidad un decibelímetro (para medir el volumen de la música), que pagamos los vecinos, parece que no lo usan”.
Este sábado por la noche sucedió el colmo: Para hacer una fiesta clandestina, varias personas “se metieron en un terreno de una fábrica de plásticos que se prendió fuego hace unos años y está abandonada, bajaron una conexión clandestina de luz, y cuando eran las 9 de la mañana del domingo y estaban ahí, vino la policía y se fueron todos huyendo, inclusive unos en una moto se tragaron un auto de frente”, completaron. Y advirtieron que se continuar estas fiestas clandestinas se manifestarán hacia el palacio comunal.