Como cada miércoles TRIBUNA DEL PUEBLO presenta un nuevo texto del joven escritor lujanense.
Cuantas esperanzas,
Y esperanzas rotas,
Cuantas palabras que aportaron y ya no aportan,
Abrazos que abrazaron y por la espalda traicionaron,
Si,
También abandone,
Me rendí y llore,
Me hice un bollito en mi cama y no me escuchaba ni mi almohada,
Porque es la verdad,
¿Para qué mentir?
Nadie todo lo puede,
Las heridas duelen y a veces los fantasmas con nosotros pueden,
Soy esto,
Estoy desnudo,
Vulnerable y susceptible como ninguno.
Detrás de la seriedad también hay emociones,
Sensaciones encontradas y un millón de contradicciones,
Hay inseguridades,
Complejos,
Espejos que mejor son no mirar porque nuestros propios ojos delatan verdades que preferiblemente no queremos observar.
Estamos llenos,
Llenos de humanismo,
Humanos sentidos,
Exitosos y frustrados,
Humanos olvidados,
Constructores de imperios y destructores de naturaleza,
Estamos en esta inmensa cárcel que es existir,
Cárcel infinita,
Tan infinita que es libre,
Cárcel terrible donde choca el odio con el amor,
El desencanto con la pasión,
Una cárcel que es panacea,
Cárcel que de tan grande, querer escaparse es una odisea,
Cárcel con bibliotecas,
Con imperios aztecas y recetas para curar los desamores,
No sabemos dónde estamos,
De dónde venimos ni donde terminaremos,
No sabemos si hay cielo y si hay infierno,
Si hay reencarnación,
Puro olvido o el conocer la verdadera cara de dios,
Nada sabemos,
Nada se,
No hay certezas,
Hay esperanzas y fe,
Pesimismo y existencialismo,
Religiones y positivismo
Hay una cárcel
Dos candados y una llave,
Uno elige si abrir la muerte ya predestinada,
O la del amor que más de un miedo calla.