Escribe la Pastora Nélida Margarita Galván.
Un hombre acaudalado, yacía en su lecho de muerte. Entonces llamó a uno de sus sirvientes, que era piadoso y Cristiano y le dijo.»Me muero, Yim, y no me siento preparado para ir al Cielo. ¿Podrías decirme que debo hacer?» Y el anciano sabio y prudente servidor, conociendo el orgullo de su amo le dijo «Señor si quieres ser salvo debe ir al chiquero, arrodillarse en el fango y decir. Dios, ten mucha misericordia de mi, que soy pecador.»
Pero el amo dijo preocupado, no me esposo de hacer eso, ¿Qué dirán mis vecinos, y los demás sirvientes?
Sin embargo una semana más tarde, nuevamente manda a llamar a Yim, su sirviente y le pregunto, ¿Qué dijiste que Debo hacer? Que tiene que ir al chiquero. Bueno dijo el amo, he estado pensándolo y Yim, estoy dispuesto a ir.
Entonces él sirviente le contesto. Señor, en realidad no tiene que ir. Basta que esté dispuesto.
Tan solo eso nos pide Dios para perdonarnos y hacernos justos, y por ende también para salvarnos, le basta que quebremos nuestro orgullo interior, y vayamos a él, para recibir su perdón, no nos asigna penas o sacrificios por el perdón de nuestro pecados, la única condición que requiere es un concepto arrepentimiento de Corazón y la confesión de nuestros pecados al PADRE.
Somos justificados Gratuitamente por su gracia. (Romanos 3:22_24) La Biblia.
Te cuido, me cuidas, nos cuidamos.
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