Con el consenso de las Universidades Públicas agrupadas en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y de las Universidades privadas agrupadas en el Consejo de Rectores de Universidades Privadas (CRUP), se aprobó el protocolo marco para la continuidad del calendario académico.
Mediante reuniones realizadas en forma virtual con las autoridades del Ministerio de Educación (de las que participó el rector de la UNLu Antonio Lapolla), las universidades públicas y privadas aprobaron las acciones que deberán seguir para continuar con las actividades académicas interrumpidas por la Pandemia de Coronavirus COVID-19.
Este protocolo marco acordado incluye la continuidad de la alternancia entre clases a distancia y presenciales, las cuales serán determinadas por cada Universidad o Facultad según la cantidad de estudiantes, docentes, nodocentes e investigadores, y de acuerdo al tamaño de los edificios.
Tras el anuncio del acuerdo alcanzado, el ministro de Educación Nicolás Trotta destacó que «la decisión del regreso físico a las aulas será tomada por cada rector y rectora, una vez que la situación epidemiológica de cada región así lo permita y se garanticen las condiciones sanitarias establecidas en los protocolos”.
«Junto con el CIN y el CRUP aprobamos el Protocolo Marco y los lineamientos generales para el retorno a las actividades académicas presenciales en las universidades e institutos universitarios una vez que la situación epidemiológica lo permita», señaló el ministro.
Por su parte, el secretario de Políticas Universitarias Jaime Perczyk aseguró que se logró “preservar la salud de nuestras y nuestros estudiantes y docentes al momento de suspender la presencialidad».
El protocolo determina que cada universidad y facultad evaluarán la necesidad de que los estudiantes rindan exámenes presenciales en función de las recomendaciones sanitarias que haya en cada localidad o región del país.
Además se estableció que se autorizará el ingreso a cada facultad «sólo para las actividades programadas» mientras que habrá un «regreso escalonado a las actividades de investigación y extensión que no hayan sido consideradas esenciales durante la cuarentena, en particular las relacionadas con los trabajos de finalización de carreras de grado y posgrado».
Cada universidad deberá ocuparse de «acondicionar los espacios para asegurar el distanciamiento mínimo (1,5 metros) entre las personas» y deberán definir «un espacio para aislar a estudiantes y trabajadores en caso que presenten síntomas de coronavirus».
También será cada universidad y facultad las que deberán determinar «los protocolos de ingreso y egreso asegurando que no haya aglomeraciones de personas y que se mantenga en todos los casos el distanciamiento mínimo».
Dentro de los edificios, todos los estudiantes y docentes deberán utilizar barbijos y se determinarán «circuitos de tránsito» para permitir la circulación y evitar aglomeraciones.
A diferencia de los protocolos para la escuela primaria y secundaria, a todos los ingresantes se les tomará la temperatura y si la misma es superior a 37,5 grados no podrán entrar a la facultad. En cuanto a la infraestructura edilicia, deberá asegurarse la ventilación, demarcación de áreas de trabajo, mapa de circulación de estudiantes, docentes, investigadores, extensionistas y nodocentes y la señalética como herramienta comunicativa, con un distanciamiento en pasillos y otros espacios de dos metros.
Cada universidad deberá determinar también «el número máximo de personas que podrán permanecer en un lugar determinado» y tendrán que «flexibilizar y establecer nuevos horarios y jornadas o turnos académicos para evitar aglomeraciones».