Técnicos del INTA AMBA destacan una serie de recomendaciones sobre esta problemática. Resulta clave la elección del lugar, la disposición, el diseño y la estructura de las instalaciones.
“El espacio donde se decide emplazar un criadero de cerdos debe atender una serie de pautas que suelen ser determinantes para el futuro desarrollo y performance de la unidad productiva y que dado el momento en que tiene que ser resuelto no podrá modificarse con facilidad o sin la implicancia de un costo elevado”, coinciden los técnicos del INTA AMBA Pablo Barbano de la Agencia Luján; Leonardo Motta y Facundo Cavanna de la Agencia Marcos Paz, en un documento de reciente elaboración con pautas recomendatorias de manejo de ganado porcino ante inundaciones y anegamientos. Así destacan entre los puntos destacados a tener en cuenta: la elección del lugar, la disposición, el diseño y la estructura de las instalaciones y su dimensionamiento.
Si bien la crianza de cerdos suele realizarse en ambientes más o menos controlados, las condiciones ambientales y las variables meteorológicas juegan un rol central, mas aún si los sistemas productivos son a campo en todas o algunas de sus etapas: “Para el caso de las precipitaciones se han registrado modificaciones en los regímenes pluviométricos, observándose una mayor pluviometría mensual promedio con fenómenos de intensidad muy marcada como grandes volúmenes de precipitaciones en cortos periodos temporales”, detallan los técnicos.
Estos cambios sumados a los planos tendidos, propios del paisaje del periurbano de la ciudad de Buenos Aires y la baja capacidad de infiltración de los suelos dado por el elevado contenido de arcillas, generan anegamientos temporarios e inundaciones en sectores próximos a ríos o arroyos que afectan de plano las producciones pecuarias, se lee en el documento que propone estrategias con relación al manejo preventivo ante estas situaciones.
Planificación de la granja y elección del terreno
Es aquí donde Motta, Barbano y Cavanna subrayan que es importante, al momento de iniciar de cero una producción, tener en cuenta dónde y cómo construir la granja. Es esencial conocer las características del terreno: que sea de buen drenaje y evitar terrenos inundables. Dentro del predio donde se construirán las instalaciones, buscar los lugares más elevados y/o sobre elevar la cota de ser necesario. Por otra parte, que cuente con agua potable, a la que se sugiere realizar un control bacteriológico anual.
Dentro de una situación ideal, los especialistas sugieren que esté aislado de otras granjas, que sea de fácil acceso a rutas o caminos afirmados, entoscados o mejorados, esto depende de la localización y del grado de acompañamiento al sector en las dependencias municipales donde se encuentren las granjas. Al mismo tiempo, ser de dimensiones tales que permitan una buena disposición de los galpones y futuras ampliaciones.
Emplazamiento de los galpones
Al momento de emplazare los galpones se debe tener en cuenta la orientación ya que esto “favorecerá la eliminación de los gases provenientes del sistema, favoreciendo la ventilación y control clima y de la humedad en el interior”, remarcan.
Las recomendaciones elaboras por el INTA AMBA detallan que en la provincia de Buenos Aires la orientación N.O-S.E (Noreste-Sureste), en su longitud mayor, es la más indicada, ya que permite una buena circulación de aire y evita la fuerte incidencia del sol en verano. A todo esto se aconseja construir los galpones sobre elevados respecto al nivel del terreno, en el centro del mismo.
Así este trabajo elaborado sugiere que las instalaciones tipo cama profunda sean móviles modulares tipo 4m x4m con el frente al Norte. En tanto en sistemas de cama profunda tradicionales, de 8 metros de frente x 24 metros largo x 4.5 metros de altura, lo ideal es orientarlo de manera longitudinal a la dirección de los vientos predominantes.
Manejo de los potreros
Un manejo racional de las instalaciones es muy importante para minimizar el impacto de la producción sobre el medioambiente. Dentro de las pautas es importante mantener una cubierta vegetal en todos los potreros y mover los animales antes de que la pérdida de plantas sea tal que quede el 30% del suelo descubierto.
También Motta, Barbano y Cavanna aconsejan mover las instalaciones frecuentemente para evitar que se formen pozos o se compacte el suelo y de ésta forma reducir la carga de parásitos. De igual manera rotar de lugar las parcelas cada tanto con cultivos para reducir la contaminación y dar un descanso al cuadro para mejorar la distribución de nutrientes en el suelo.
“En tanto para evitar los anegamientos (encharcados) se los debe ubicar en zonas altas del campo o con buen drenaje. En chacras bajo riego debemos evitar instalar los potreros en cercanías a las acequias de riego o drenes, por los riesgos de desbordes o de ingreso de los animales a los canales”, coinciden los técnicos de las agencias Luján y Marcos Paz del INTA AMBA.
Pautas de manejo preventivo ante enfermedades emergentes
El riesgo de contraer enfermedades infectocontagiosa, y algunas zoonosis, como leptospirosis, salmonelosis y triquinosis, aumenta de manera exponencial luego de los encharcamientos y anegamiento de potreros, redactaron los especialistas en su informe.
Pueden, en suma, surgir leptospirosis, enfermedades respiratorias en categorías de cachorros/as lechones, enfermedades parasitarias (principalmente endoparásitos) y brotes emergentes como la triquinosis (debido al riesgo de muerte de roedores / nidos etc.) salmonelosis.
Los técnicos remarcan que “será de vital importancia, en la medida de lo posible, hacer circular el agua vía zanjeos promoviendo la distribución del agua lo más rápido y lejos de las instalaciones en el menor tiempo posible” y suman: “Hay que proveer sitios de refugios secos (rollos de pastura / fardos viruta) y alimentarlos en refugios con comederos / bateas y clorinar el agua de consumo en tanques a razón de 2 gotas de cloro por litro de agua”.
Otra de las pautas preventivas, informan, es realizar una desparasitación estratégica a todas las categorías posibles. Lo ideal es realizar un análisis de materia fecal (hpg).
Y para evitar la triquinosis es indispensable mantener una buena higiene en el criadero combatiendo las ratas, eliminar cadáveres y restos de roedores ahogados así como los cadáveres de cerdos o de otros animales para que no sean consumidos por animales silvestres, ratas u otros cerdos, advierten.
Por último recomiendan en el documento realizar la vacunación de cachorras y reproductoras contra parvo virus y leptospirosis. En el caso de las cachorras la vacunación se recomienda la primera dosis: no antes de los 6-7 meses de edad y con más de 100 Kilogramo de peso vivo; y la segunda, 20-30 días antes del servicio. En tanto, a las cerdas se las debe vacunar a la semana de paridas. O bien luego del servicio (dentro de primer tercio).
Ante el aumento de ruidos respiratorios, tos, depresión y decaimiento, que podrían indicar una enfermedad respiratoria, los especialistas del INTA AMBA sugieren vacunar con Dexametasona 1mg / Kg: Subcutaneo / Intramuscular y Antibiótico terapia. Penicilina estreptomicitna (Ej Tribiotic ) o Baytril ( Enrofloxacina) 1ml cada 10 Kg. De Pv. En tanto, se recomienda evaluar la posibilidad de vacunar lechones contra complejo respiratorio. En todos los casos, desde ya, se sugiere consultar con un profesional veterinario.