La catedral basílica Nuestra Señora de las Mercedes de la arquidiócesis de Mercedes-Luján celebró el 18 de agosto el 70° aniversario de recibir el título de basílica menor, por parte del papa Pío XII. El arzobispo diocesano, monseñor Agustín Radrizzani, presidió la misa de acción de gracias en presencia de la comunidad parroquial.
Con una misa presidida por el arzobispo, monseñor Agustín Radrizzani, el domingo 18 de agosto la catedral basílica Nuestra Señora de las Mercedes de la arquidiócesis de Mercedes-Luján celebró el 70° aniversario de recibir el título de basílica.
“Nuestra arquidiócesis tiene la particularidad de contar en su vasto territorio con dos basílicas: La basílica de Luján, custodia de la patrona de la Patria y esta basílica, custodia de la patrona de la arquidiócesis, la Madre de la Merced”, celebró el arzobispo al comenzar su prédica.
Luego se refirió al fuego que es mencionado en el Evangelio como “imagen de purificación y de iluminación”. En efecto, “puede evocar hasta protección”, afirmó el prelado poniendo el ejemplo de Isaías y del bautismo de fuego de Jesús, “asociado a la acción del Espíritu Santo que descendió el día de Pentecostés”. “La imagen del fuego combinado con la imagen del bautismo indica la dirección en la que Jesús quiere que la gente se dirija”, añadió.
“Las imágenes y los signos han sido muy importantes en la vida de Cristo y en la vida de su Iglesia. Precisamente, como signos arraigados de nuestra fe, se encuentran las basílicas”, explicó monseñor Radrizzani, y comentó que la palabra “basílica” proviene del latín y deriva del griego “basiliké”: significa “casa real”.
“En los tiempos del Imperio Romano, una basílica era el lugar donde se ubicaba el tribunal de justicia. A lo largo de la historia, los Papas han otorgado el título de ‘basílica’ a un templo por su importancia espiritual e histórica”, indicó el arzobispo.
Seguidamente, resaltó: “Una basílica es el centro espiritual y de evangelización de una comunidad y sirve también para difundir una devoción especial a la Virgen María, a Jesús o algún santo”. Entonces agregó: “el título de basílica implica no sólo un gran honor para nuestra arquidiócesis, reconociendo su importancia histórica y devocional, sino, y principalmente, una gracia espiritual especial para los fieles”.
En ese sentido, el prelado mencionó que quienes peregrinan devotamente a este templo, podrán ganar indulgencias plenarias con las condiciones habituales: “En el día del aniversario de la Dedicación del Templo, el 16 de abril; en el día de la solemnidad de su titular, Nuestra Señora de la Merced, el 24 de septiembre; en la solemnidad de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, el 29 de junio; en el aniversario de la concesión del título de basílica, el 12 de agosto; o bien, una vez al año, en un día libremente escogido por cada uno de los creyentes”.
Por estas razones, monseñor Radrizzani convocó a la comunidad de fieles a “intensificar la instrucción litúrgica, promoviendo la participación en las celebraciones eucarísticas y en la celebración de la Liturgia de las Horas, especialmente en laudes y vísperas”.
Finalmente, el arzobispo pidió a la Virgen de la Merced, que “nos acompañe en este propósito y, como pronunció hace 70 años el Papa Pio XII, esta hermosa catedral sea fuente de gracias celestiales que derrame la Madre de Dios sobre cada uno y sobre toda la arquidiócesis”.
Un 12 de agosto de 1949, la catedral Nuestra Señora de las Mercedes, de la ciudad de Mercedes, provincia de Buenos Aires, recibió el título de basílica menor por parte del papa Pío XII, y por pedido del obispo del momento, monseñor Anunciado Cerafini. Asimismo, en 1934, el papa Pio IX por medio de la bula Nobilis Argentinae Nationis había elevado el templo a la dignidad de catedral de la diócesis de Mercedes.