Las plantaciones de trigo y la soja fueron las más perjudicadas por los fenómenos climáticos.
La semana pasada había sido de una actividad febril de siembra en la región núcleo, donde se habían cubierto 1,4 millones de hectáreas con soja de primera. Ahora, tras el gran caudal de las últimas 72 horas, el 60% de las siembras concretadas están bajo una incertidumbre total. Se teme que muchos de estos lotes deban ser resembrados.
El segundo núcleo que se destacó por los volúmenes de lluvias estuvo en Buenos Aires, donde zonas productivas recibieron más de 100 mm desde el 9 de noviembre. En el partido de Saladillo hay registros de hasta 220 mm acumulados.
El otro cultivo muy afectado es el trigo, que estaba muy avanzado, a pocos días de la cosecha. Esta gran cantidad de lluvias le juega en contra porque el rinde y la calidad se verán afectados.
La calidad va a ser la que reciba el mayor golpe. Los problemas de “panza blanca” y de brotado pueden ocasionar descuentos importantes en la mercadería. También hay nuevos lotes afectados por granizo. Previo a este suceso, las pérdidas de lotes trigueros se estimaban en 104.000 hectáreas en el área núcleo.