LUJÁN EN CARAS Y CARETAS. Nº 19.
Hemos aprendimos que los caminos seguidos desde Azul hasta Luján son tan caprichosos, largos y sinuosos que, cuando no lo son, se corre el riesgo de ser despistado. Las páginas de Caras y Caretas nos permiten deambular por muy distintos temas. Transitamos de las misiones de sacerdotes y militares, a la vida de indios y criollos, de la Historia de la Patria a las historias más triviales, con tan solo dar vuelta la hoja. Vamos desde las grandes y extraordinarias personalidades, a los personajes ordinarios y comunes, que supuestamente carecen de relevancia y no sobresalen. En este deslizamiento revistero, comenzaremos con el teatro y el gaucho, sin saber de buena tinta, adónde llegaremos.
En la página 22 del número 1.959 del semanario Caras y Caretas, publicado el 18 de abril de 1936, se recuerda el cincuentenario de la “primera representación del drama gaucho Juan Moreira, efectuada por la troupe que encabezaba don Pepe Podestá, en un viejo circo de Chivilcoy, la noche del 10 de abril de 1886”. Pues “con la representación ‘hablada’ del libro de Eduardo Gutiérrez se echaron las bases del actual teatro nacional”, al abandonar la pantomima.
La crónica de Eros Nicola Siri despliega siete carillas sobre el teatro, el actor y el personaje. Describe a Juan Moreira como “un bandido y un cuatrero, y en este último concepto lo tenían las autoridades del pago del Azul, lugar al que se le atribuye su nacimiento,”. Y, desde el origen, a su muerte en Lobos, sus restos -o parte de sus restos-, descansan en la meta del camino que aquí presentamos, pues, “el cráneo de Juan Moreira… se conserva en el Museo de Lujan”, -como afirma un epígrafe en Caras y Caretas-. Según recapitulamos en el “Catalogo del Museo Colonial e Histórico de Luján” de Sánchez Zinny en su edición de 1934; y en la “Crónica del Museo…” de Jorge Cortabarría de 2008; el cráneo del gaucho matrero fue donado por el Dr. Florencio del Mármol, intendente de Lobos -donde fue muerto Moreira-, al Dr. Tomás Perón y donado al Museo en 1928 por el hijo: Don Mario Perón, a su vez, padre de Juan Domingo. Si el destino final en Luján es certero, el origen azuleño es incierto.
Be the first to comment