Murió Diego

Elijo recordarlo así. Copa en mano en el mundial de fútbol de México 1986.

“Murió Diego”, dijo al teléfono de Miguel Salvatto, con quién estaba yo, nuestro común amigo Jorge Patoco.

Yo había llegado de hacer “Quedate En Casa” en la tele y almorzaba. Minutos antes mientras me sacaba el traje y buscaba alguna pilcha de entrecasa escuchaba desde el televisor a lo lejos que alguien hablaba de “versiones inquietantes” desde la casa que ocupaba Diego Armando Maradona en un barrio cerrado de la zona norte.  De pronto suena el teléfono, mi amigo atiende y me dice: “Murió Diego”.

Yo ya sentado a la mesa del comedor pongo el canal de TV Crónica, como hace muchos años, cuando quiero ver una primicia. Estaba hablando Chiche Gelblung y había una imagen de Diego Maradona. Se pone la pantalla negra y a las 13:18 la placa no dejó dudas: “Murió Diego Maradona”.

Son esas noticias que sacuden, de esas que no te vas a olvidar que estabas haciendo cuando te enteraste. Nunca más.

El what´s app se inundó de mensajes, di una repasada a twitter para ver que se decía.

Me puse a pensar en que escribir para TRIBUNA DEL PUEBLO. Alguien que no sabe mucho de fútbol como yo… Y pensaba en el mundial del 86´en el “gracias Diego por estas lágrimas” de Víctor Hugo Morales, o el mundial de Italia 90´y ese partido con el tobillo roto. O el de Estados Unidos 94´y aquella frase de Maradona: “Me cortaron las piernas”.

No, por favor… No vamos a entrar en los contraluces de su vida. Diego Maradona ha sido un ejemplo del ascenso social gracias en este caso al milagro de ser bueno en lo que se hace, en saber gambetear y hacer goles. Es impensado que un pibe muy pobre de Villa Fiorito haya llegado a lo más alto del fútbol mundial.

Diego no estaba bien de salud: No estaba bien el día de su cumpleaños número 60, cuando prácticamente lo arrastraron a un campo de juego para la “celebración”. Había sido operado por un hematoma en su cabeza hace unas semanas. Su última foto pública lo mostraba en recuperación de esa cirugía. No importa ahora…

Seguro vendrá ahora el show mediático al que Diego fue sometido desde hace décadas. Hijos, hijas, mujeres, “el entorno”, que “¿Por qué no estaba en un centro de salud?”, el “¿Quién autorizó que se vaya a una casa?”. No importa ahora…

Importa homenajear a alguien que representó a la Argentina en el mundo. Porque estando en cualquier país del mundo para hablar de Argentina, si no nombraste a Gardel… Nombraste a Maradona.