Día internacional de la lucha contra el cáncer de mama : La detección temprana salva vidas

Según la Organización Mundial de la Salud, se detectan en el país alrededor de 20 mil nuevos casos de cáncer de mama por año, esto es, en promedio dos nuevos por hora. Revisate con frecuencia y hacete una mamografía. 

Prevenir el cáncer de mama significa disminuir o eliminar la exposición de la mujer a factores de riesgo de forma tal de reducir las posibilidades de desarrollar cáncer de mama. La adherencia a estilos de vida saludable es una forma de actuar de modo preventivo: realizar actividad física, evitar el consumo de grasas, no fumar, moderar el consumo de alcohol, etc. También se reduce el riesgo al no recibir terapias de reemplazo hormonal (o al menos hacerlo por periodos de tiempo muy breves).

Prevención secundaria

La prevención secundaria hace referencia a la detección temprana del cáncer de mama por medio de la mamografía, que consiste en realizar una radiografía de las mamas. Con este estudio es posible detectar el cáncer de mama en su fase asintomática, cuando todavía la lesión no es palpable, por lo cual, es posible recurrir a mejores posibilidades de cura, con tratamientos menos agresivos que los que se realizan cuando el cáncer está más avanzado.

La mamografía es el único método reconocido para la detección precoz del cáncer de mama. En el país hay tres tecnologías para hacer mamografía: Analógica, CR o digitalizada y digital con o sin tomosíntesis. Cualquiera de las tres tecnologías sirve para detectar el cáncer de mama en forma precoz si están realizadas con calidad e informadas por un médico entrenado.
Recomendamos que toda mujer sin síntomas y sin antecedentes personales ni familiares de cáncer de mama, se realice una mamografía entre los 50 y 69 años con una frecuencia de 1 cada 1 o 2 años. Esta recomendación se basa en la mayor carga de la enfermedad en ese grupo etario y en el mejor desempeño de la mamografía (la evidencia científica muestra que es en ese grupo en el que la mamografía brinda más réditos).

Esto no quiere decir que mujeres fuera de ese rango de edades no deban hacerse mamografías. Tanto en las mujeres menores de 50 como en aquellas de 70 años o más, la decisión de hacer o no una mamografía de tamizaje debe ser personalizada y conversada con la médica o médico tratante, sopesando los beneficios y los perjuicios de realizar el estudio.

Además, recomendamos que se realice el examen clínico de las mamas como complemento del examen de salud general, ya sea durante una consulta clínica o ginecológica de rutina; y que sea realizado por un profesional entrenado. A las mujeres que asisten a la consulta médica o ginecológica se les deben examinar las mamas: inspeccionar las mamas y pezones y revisar debajo de sus brazos (las axilas) para ver si hay anomalías. Además, el examen clínico mamario debe ser efectuado a toda paciente que acude a la consulta por presentar signos o síntomas sugestivos de patología mamaria.

Una técnica muy difundida para la detección temprana del cáncer de mama es el llamado “autoexamen”, que consiste en que una mujer se revise las mamas buscando alteraciones (bultos sensibles al tacto, cambios físicos). A primera vista, el autoexamen puede parecer un método simple, sin costo y al alcance de cualquier mujer. No obstante, desde hace unos años, se ha demostrado que esta práctica no impacta en la reducción de la mortalidad. Además, no sirve como método de detección temprana ya que en estadios tempranos, el cáncer es imperceptible al tacto.

El autoexamen puede generar que muchas mujeres jóvenes o con mamas densas (aquellas mamas que tienen altas cantidades de tejido fibroso y glandular y bajas cantidades de tejido graso) se realicen estudios innecesarios es decir por patologías no malignas, y que esto genere mayor estrés en esas mujeres. Por otro lado, puede pasar lo contrario: que una mujer se palpe y no descubra alteraciones cuando en verdad las hay, generando una falsa tranquilidad.

Esto no significa que las mujeres no deban prestar atención a sus mamas. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, esta práctica empodera a las mujeres, que se responsabilizan así de su propia salud y puede ser es útil para fomentar la toma de conciencia entre las mujeres en situación de riesgo pero no como método de tamizaje.

Es importante que las mujeres conozcan cuál es la fisonomía de sus mamas de forma tal de estar atentas a cualquier cambio que pudiera significar una alerta que requiera la visita al médico: bulto palpable, cambios en la textura o enrojecimiento de la piel de las mamas, cambios en la textura y forma del pezón, secreción o sangrado por pezón.

Es una enfermedad causada por la multiplicación anormal de las células de la mama que forman un tumor maligno.

Las células normales crecen y se dividen para formar nuevas células a medida que el cuerpo las necesita. Algunas veces este proceso se descontrola formando una masa de tejido que es lo que se conoce como tumor. Este tumor se puede desarrollar en distintas partes del tejido mamario.

Se trata de una enfermedad que afecta mayoritariamente a mujeres mayores de 50 años. Se reconocen algunos factores que aumentan el riesgo de enfermar:

  • Ser mujer y cumplir años (el riesgo aumenta con la edad)
  • Antecedentes personales de cáncer de mama o de enfermedad pre-neoplásica de mama.
  • Antecedentes familiares de cáncer de mama.
  • Tratamiento previo con radioterapia dirigida al tórax.
  • Terapia de reemplazo hormonal.
  • Primera menstruación a edad temprana.
  • Edad avanzada en el momento del primer parto o nunca haber tenido hijos.

Otros factores que aumentan las posibilidades de tener cáncer de mama y sobre los cuales se puede intervenir son: el sobrepeso, el sedentarismo, el tabaquismo, el consumo de alcohol en proporciones mayores a las recomendadas.

El cáncer hereditario representa alrededor del 5-10% de todos los casos de cáncer de mama. Algunos genes mutados relacionados con éste tipo de cáncer son más comunes en ciertos grupos étnicos. Los dos genes mejor caracterizados son los llamados BRCA1 y BRCA2, cuyas mutaciones confieren un riesgo aumentado de tener cáncer de mama y otros tumores en edades especialmente jóvenes.

El cáncer de mama en cifras en Argentina

  • Se estima que para el 2018 se producirán más de 21.000 nuevos casos por año, lo cual representa el 31,8% de todos los cánceres entre las mujeres.
  • El cáncer de mama es el cáncer de mayor incidencia en mujeres, con una tasa de 73 casos por cada 100.000 mujeres.
  • Más del 75% de las mujeres con cáncer de mama no tienen ningún antecedente familiar de dicha enfermedad.
  • 1% de los cánceres de mama se presenta en hombres.
  • El cáncer de mama es la primera causa de muerte por cáncer en mujeres argentinas.
  • Se producen más de 5.800 muertes por año por cáncer de mama.
  • Argentina, luego de Uruguay, es el país de América con la tasa de mortalidad más alta por cáncer de mama.
  • En el país se presenta una gran diferencia en la tasa de mortalidad entre las distintas jurisdicciones. La tasa ajustada más elevada se registró en San Luis (21 casos por cada 100.000 mujeres) y la más baja en Santiago del Estero (10,8 casos por cada 100.000 mujeres).
  • La mortalidad por cáncer de mama en Argentina ha disminuido de manera sostenida y estadísticamente significativa desde 1996, a un ritmo de 0,9% anual durante el periodo 1996-2013 y luego 2,1% anual entre 2013 y 2016